Liliana, una científica distinguida por la U. de A.
El trabajo con sistemas silvopastoriles que mejoran calidad del ganado y reducen la presión sobre el medio ambiente le ha valido amplio reconocimiento.
De aquella niña que iba a la finca del abuelo y a la investigadora reconocida de hoy un sentimiento se mantiene activo y fortalecido: el amor e interés por los bovinos.
Fue por eso que estudió veterinaria en la Nacional de Palmira y es por eso que acaba de ser reconocida por la Universidad de Antioquia como científica destacada con la medalla Francisco José de Caldas, máximo galardón anual.
Liliana Mahecha Ledesma es valluna, pero hace mucho trabaja acá. Y lo hace muy cerca de su esposo, Joaquín Angulo, de quien solo la separa un escritorio en la oficina de profesores del bloque 46 en la sede universitaria de Robledo.
¿Pero qué hace diferente a esta investigadora, doctora de la Universidad de Rostock en Alemania?
Ha sido una de las personas que más ha desarrollado los sistemas silvopastoriles como la mejor alternativa para el ganado de carne, como para el de leche.
Un desarrollo que no solo trae más beneficios en la calidad, sino al medio ambiente al fomentar la biodiversidad y aumentar el número de animales por hectárea.
Y lo que hace unos 8 años era una idea de locos y ecologistas como los llamaban, poco a poco ha calado. Hoy está incluida en el Plan Nacional de Ganadería a 2019 con la meta de alcanzar las 10.000 hectáreas.
"Esos sistemas están de moda, se implementan más al estar en la política y hay más atención de Colciencias", dice.
El sistema es una combinación de pasto con arbustos como segundo nivel de comida y árboles para sombrío. Puede ser intensivo o no, en áreas grandes o pequeñas y con diferentes especies arbóreas como leucaena o botón de oro por citar dos.
Brinda alimento de mejor calidad al animal, le entrega más bienestar, le proporciona sombrío y mejora los suelos, aparte de alentar la diversidad de vida con insectos y aves que ayudan al control de parásitos externos. El producto, carne y leche, mejora a la vez que se aumenta la carga de animales por hectárea.
Esta ha sido la vida de esta caleña, que desde el pregrado comenzó una carrera como investigadora que la trajo a la de Antioquia hace más de una década, en donde se ha abierto espacio y continúa con proyectos novedosos como la reducción de gases de efecto invernadero en la ganadería.
Un aporte concreto al desarrollo del país.