Llevando del bulto
Antes sucedía con los licores o con la gasolina, y ahora el caso se da con el cemento: los distribuidores aumentan abusivamente el precio sin que las empresas que lo producen lo hagan oficialmente.
El rumor de que el cemento subirá en la primera semana de enero bastó para que algunos depósitos y almacenes lo comenzaran a cobrar más caro, obviamente sin haber pagado por la mercancía un peso más.
Esto se conoce como especulación y debe ser sancionado, pues hasta ahora la empresa no ha hecho oficial ningún reajuste en el producto, al que ya algunos le aumentaron hasta un 10 por ciento.
En momentos como los que atraviesa la economía, todo aumento, que es justo ante el incremento en los costos de producción y el salario mínimo, tiene una cierta ponderación, que las empresas deciden mirando las conveniencias del mercado.
Lo que no es sano es que el alza sea fruto de rumores especulativos.