Histórico

Lo del traje rojo es puro cuento

19 de enero de 2009

Los encuestadores, esa gente que se equivoca casi siempre, nos vienen ahora con la historia del traje rojo. Que ese color es el de la pasión, que una dama vestida de rojo pone a temblar a medio mundo. En fin, que le están dando al rojo un valor que antes no tenía. Yo conocía la fuerza del trapo rojo en los tiempos del Gran Partido... partido hoy de verdad, y escuché muchos y muy malos encendidos discursos de los del trapo rojo. ¿Pero una bata que desbarata a los parroquianos?

Y como uno de los nuevos mandamientos es no tratar entero, comencé a preguntar a varias personas, es decir, hombres en este caso, sobre lo del traje rojo. Y el resultado fue absolutamente contrario a los defensores del traje rojo: no les gustaba ese color para las mujeres. Muchos hablaban del negro, otros del lila y algunos del blanco, pero prácticamente nadie se inclinó por el trapo del doctor Gaviria, del doctor Samper o del gobernador de Santander.

El último en responder a la encuesta fue este servidor y de veras no me cae en gracia un traje rojo para una dama que intente... bueno, lo que sea, que quiera meterse entre un desteñido recuerdo del Gran Partido. Me fui con los tonos pasteles claros sin llegar ni de lejos a un rojo mermado. Y finalmente pensé que era mejor no seguir averiguando porque ya llegaría el que iría a decir: a mí me gusta sin traje rojo. Nada más, el que gana es el color de la piel...

PAUSA. En el Valle dicen: Cali es la sucursal del cielo. Y en Antioquia hay alguien que "se pasa": el Cielo es la sucursal de Medellín...

SE VA Y NO VUELVE. Hay frases que impactan de una vez. Son como un disparo. Eso me pasó con algo que escuché hace poco o leí en no sé qué noche de esas que no parecen noches sino tinieblas de un año. La frase es corta y parece simple, pero tiene su terrible profundidad: "El tiempo no espera a nadie". Métase un poco de cabeza en lo que nos quieren comunicar esas palabras y verá los resultados.

Antes de avanzar en consideraciones sobre este espinoso tema hay que pensar en algo que se ha dicho siempre: la oportunidad no se puede perder. Hay que tomarla de una vez porque de lo contrario va a ser como esos trenes que pasan y nos dejan con la maleta en la mano. Luego debemos meditar, pero no mucho, en que las largas meditaciones nos hacen perder la vida en pensamientos que no llevan a ninguna parte. El tiempo es un tiquete sin regreso.

Y debemos meditar, repito, en que el tiempo no es nuestro ni es de nadie. El tiempo es de sí mismo y anda con una regularidad que estremece, de ahí que si el amor, por ejemplo, te llama una vez, a lo mejor no dejará oír su voz en otra oportunidad. Tómalo que si no es el tuyo, te puedes apear porque una de las ventajas del hermano tiempo es que te permite quedarte en la próxima estación... pero solo. Y no debemos olvidar en este peligroso tema del tiempo, que las cosas hay que hacerlas. Nadie más las hará por ti. Y bien, ya es tiempo de cerrar la nota.