LO QUE TÚ ELEGISTE
Antes de venir a la tierra ya eras parte de Dios y, con su guía, trazaste un plan y elegiste una misión.
Escogiste cuerpo, padres, hermanos, amigos, enemigos, profesión, enfermedades y tu misma muerte.
Ahora, con tu libre albedrío, sigues ese plan con amor o con desamor, con Dios o lejos de Él.
Nada de lo que te sucede es casual y todo tiene un sentido, incluso lo que te parece absurdo o desastroso.
Zarandeado por las penas te preguntas dónde está Dios y te dices: ¿Por qué me sucede esto? La verdad es que Dios está siempre contigo, pero no te exonera de pruebas que tú mismo programaste para evolucionar.
El hecho es que sólo puedes practicar: perdón si te ofenden, desapego si pierdes algo o paciencia si te tallan.
Por eso nada es "malo" sólo está allí para que crezcas y mejores.
Tú lo elegiste y eres capaz de superarlo.