Histórico

Los drones, vehículos para el trabajo y también la diversión

Un dron para actividades profesionales supera los $50 millones con sus accesorios. Para jugar: $1 millón.

11 de julio de 2014

Drones, una palabra que casi de inmediato lleva la mente a operativos de alta complejidad militar.

Recientemente, tanto la realidad de las noticias, como la ficción en series de televisión y películas, ha puesto de moda estos aparatos.

Sin embargo, la visión que de ellos ofrece este contexto se limita solo a sus usos militares. Pero hoy en día la utilización de drones ha rebasado esa restricción para convertirlos en objetos útiles en el desarrollo de otras tareas de carácter civil, e incluso se están volviendo en algunos casos un juguete tecnológico para gomosos del vuelo, por ejemplo.

Autonomía es la clave
De entrada se puede decir que un dron es un vehículo que si bien tiene un componente de manejo mediante radiocontrol, puede desarrollar tareas de manera autónoma gracias a los sensores de altura, de nivel, giroscopio y GPS, incorporados en su electrónica que le permiten tomar decisiones sin que intervenga el ser humano, explica José Alfredo Betancur, gerente de la firma Jab Visual, y quien utiliza estos aparatos para labores de fotogrametrías, uno de los usos civiles que se ha potencializado por intermedio de los drones.

Y aunque la imagen más frecuente de un dron se asocia con vehículos similares a un avión, se pueden desarrollar tanto para actividades acuáticas como para tierra.

En la actualidad, los más populares y usados tanto de manera profesional como en hobbies son los de vuelo. De estos, explica John Ballesteros, gerente de la firma Gisco, especializada en mapeos, se encuentran los de ala fija, tipo delta, y los de rotor (que pueden ser de uno, dos, tres, cuatro, seis y más)

Agrega que para el caso de trabajos profesionales, como los que desarrollan las firmas consultadas, se usan los drones tipo ala delta, fabricados en materiales de polipropileno expandido, que tienen poco peso y gran resistencia.

Su alcance puede superar los tres kilómetros de radio, lo que permite cubrir una amplia área de terreno. Y su autonomía puede alcanzar los 45 minutos o un poco más, lo que, por ejemplo, le permite tomar cerca de 300 fotos en labores de mapeo y ortofotografías que combinan los detalles de una imagen aérea, con la exactitud de un plano.

Hora de diversión
Pero no todo es trabajo cuando de drones se trata. Muchos de estos aparatos también se usan por el goce de volarlos.

Por lo general, estos usos se dan en aquellos que tienen una configuración de vuelo con rotores.

Su limitante es la autonomía, ya que el uso de los rotores para mantenerse en el aire hace que la duración de las baterías disminuya. Por lo general alcanzan hasta unos 10 minutos.

La fotografía y los videos desde el aire usando cámaras como la GoPro, son los usos más comunes entre quienes tienen un dron como pasatiempo.

También su versatilidad les permite realizar vuelos acrobáticos con distintas maniobras que en el aire prueban la agilidad de su desempeño.

El mensajero
Pero la evolución y desarrollo de estos aparatos también está dando para usos que en principio suenan bastante curiosos, como de ciencia ficción.

Es así como ayer se confirmó que el gigante del comercio electrónico Amazon ya solicitó a la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos su permiso para comenzar un tipo de avión no tripulado como parte de su plan de entregar paquetes a sus clientes en menos de 30 minutos.

Amazon, señala la agencia Ap, dice que sus aviones podrían volar hasta 80 kilómetros por hora y cargar paquetes de hasta 2.5 kilos.

No sería raro que en el futuro, en lugar del repartidor de pizzas tradicional a su puerta llame un dron.