Histórico

Los tres... ¿tenores?

13 de febrero de 2010

Peñalosa, Garzón y Mockus han emprendido un admirable esfuerzo para crear un partido político ajeno a la politiquería y a la corrupción que plaga a los demás partidos. Desean promover la colaboración y la igualdad en contraste con el individualismo y el personalismo que han definido la política en Colombia (laureanismo, alvarismo, y ahora el uribismo, por ejemplo).

A pesar de que el propósito que ha unido a estos tres prestigiosos ex alcaldes responde a una necesidad sentida por la clase media urbana, los intelectuales y, sobre todo, por los científicos políticos, no es una de las prioridades reveladas por el grueso público que convive con el clientelismo y cree que es la forma de hacer política. En general, la gente no se hace ilusiones sobre los políticos ni sobre los partidos.

El mensaje de que se está promoviendo un partido nuevo no mueve a la opinión y la idea de que este partido va a comportarse honorablemente no tiene impacto, porque la gente simplemente no une político con honorable. El individualismo es visto como una cualidad, no como un problema, la colaboración como un vehículo para sacar provecho y la igualdad es indeseada. Una manera de humillar a alguien es decirle "¡No sea igualado!"

Los ex alcaldes no han trascendido, a pesar del valor que posee lo que están intentando, porque no tienen mensaje, en primer lugar. Esto es incomprensible en un movimiento que orienta Antanas, que ha sido uno de los más exitosos expertos en concebir mensajes y en utilizarlos para educar. O lo fue, hasta que decidió echarse ceniza y vestir como pastor de alguna secta puritana.

Quizás otro problema de estos tres es que cada uno de ellos está suprimiendo lo que es, en lugar de destacar su identidad y ponerla al servicio de propósitos comunes. Peñalosa es autoritario, sabe ejecutar y posee una conciencia social que lo ha llevado a concebir una mejor manera de vivir para sus conciudadanos. Es el alcalde que "asombró" al Foro Mundial Urbano en 2006 con sus ejecutorias y sus ideas. Mockus es un educador maestro y un estándar moral hasta ahora incontestable.

Lucho es de lavar y planchar. Hace sentir a la gente como si fuera uno de ellos. Le dicen Lucho con la naturalidad que se lo dirían a un vecino o al de la zorra. Pero, como tratan de ocultar estos atributos, no poseen conjuntamente una identidad política.

Quizás lo peor que les ha sucedido es que alguien, muy posiblemente con intenciones de ponerles un rótulo perverso, los llamó los "tres tenores". Ese mote pegó en los medios y ellos no han hecho un esfuerzo para dejar de llamarse así porque "los tres tenores" evoca a Pavarotti, Plácido Domingo y a Carreras, a los Panchos, o hasta al lobo y los tres hermanitos, pero no hace pensar en una opción de gobierno. Además se les viene encima la avalancha de votos que va a inducir la consulta "interna" del Partido Conservador que va a inflar a ese partido y potencialmente va a desinflar fuera de proporciones al Partido Verde, a menos que los del Polo voten en su consulta.

A pesar de todo lo dicho, provoca votar por estos amigos porque persiguen una Colombia desapasionada, responsable y vivible. Casualmente, alguien me indujo a mirar la definición de pasión en el diccionario. Se define, entre otras cosas, como "Sentimiento, estado de ánimo o inclinación muy violentos que perturban el ánimo; como el amor vehemente, el odio, la ira, los celos, o un vicio".

No hay duda: "Colombia es Pasión", algo que tenemos que mitigar para vivir en armonía.