Maná es ejemplo de gestión para el mundo
HACE POCOS DÍAS, el Plan de Mejoramiento Alimentario y Nutricional de Antioquia (Maná) recibió el premio Naciones Unidas al Servicio Público 2011 por garantizar la seguridad alimentaria a 600 mil niños de las poblaciones más vulnerables.
Hasta la República Unida de Tanzania, en África, viajaron los funcionarios de Maná para recibir el reconocimiento de las Naciones Unidas, en la categoría Servicio Público.
Entre 298 participantes postulados de diferentes países del mundo, este programa que garantiza la seguridad alimentaria a 600 mil niños de las nueve subregiones del departamento, consiguió el primer lugar, al lado de propuestas de India, Polonia, Tanzania y Omán.
La emoción es grande, cuenta Magnolia Giraldo Duque, gerente del Programa de Mejoramiento Alimentario y Nutricional de Antioquia (Maná), porque gracias a la unión de esfuerzos, se han conseguido avances importantes: la tasa de mortalidad por desnutrición en menores de cinco años en el año 2000 en Antioquia era de 22,7 por cada 100.000, en 2004 alcanzó el 12,5 y en 2010 el indicador llegó a cero.
Además, el porcentaje de hogares que se percibe con algún grado de inseguridad alimentaria pasó de 77 en 2004 a 56,4 en 2009.
Explicó que no solo trabajan para que la gente tenga alimento sino por la protección integral de los niños y los adolescentes. Así, unos 350 mil alumnos reciben su complemento en el plantel. "Muchos asisten a los establecimientos educativos por el complemento. La alimentación es un gancho para garantizar derechos".
¿Por qué cree que Maná resaltó entre tantos proyectos presentados ante Naciones Unidas?
"Lo que llama particularmente la atención de Maná es que es una política pública del departamento, que ya ha pasado tres gobiernos y que con los años se fortalece. El componente social nos hace fuertes, logramos cambios en las condiciones de la población beneficiada, en un período de tiempo determinado. Es muy importante que al año 2010, Antioquia no presentó muertes por desnutrición. Lo que acá se ha notado es que una inversión pública, una estrategia pública y regional, apoyada en los municipios que trabajan intersectorialmente, puede transformar situaciones desfavorables en favorables. Es un tema de gestión, compromiso y gerencia".
Cuando comenzó el programa, ¿qué indicador los inquietaba más?
"Tengo una información en la que para el año 2000 fallecían en el departamento por desnutrición unos 145 niños y niñas menores de año y medio. Luego, el programa avanzó muchísimo, ha sido un asunto de gestión y redirección de todas las intervenciones. A Maná le dio vida las muertes por desnutrición y que no se trabajaba la seguridad alimentaria de manera integral, sino que se tenían acciones aisladas que apuntaban a una mejoría pero, sobre todo, al tema del hambre. Y calmar el hambre es solo un eje de la política".
¿Cómo lograron poner el tema de la nutrición como una prioridad?
"El asunto del hambre hay que atenderlo ya, entonces nosotros vamos inmediatamente con los complementos, pero en torno a ese complemento generamos todo un proceso que empieza con la madre gestante aprendiendo el valor del contenido nutricional, las buenas prácticas y la alimentación sana y equilibrada. Pero trabajamos también con padres para que al interior de esas familias logren buenas condiciones nutricionales. Les llevamos también su huerta y les enseñamos a trabajarla, para su consumo y para que genere excedentes. Y muy importante: que los niños y las niñas de nuestro programa Maná tienen garantía de derechos".
¿Considera que con respecto a otras ciudades, incluso otros países, estamos bien parados en seguridad alimentaria?
"Es que somos unos privilegiados. Nosotros en Antioquia tenemos diversidad de climas, de suelos, una abundante producción; somos una despensa para nosotros, el país y para el mundo. Y somos una experiencia digna de replicar, pero también tenemos una gran responsabilidad para sostener y mejorar los indicadores. Esta ha sido una apuesta de todos los antioqueños".
¿Qué viene para Maná?
"Creo que es una etapa muy importante, más ahora que terminamos un periodo de gobierno. El gobernante que llegue lo tiene que retomar, es muy difícil desmontar un proyecto que ha sido exitoso, que tiene una conciencia de gestión y de responsabilidad social. Hay que mejorar estos niveles de desnutrición, que ya han bajado considerablemente, entre otros asuntos, porque mejoramos la leche, el complemento es el de mejor valor que se entrega en el país; e, insisto, que no solo entregamos comida, sino todas unas acciones pedagógicas que nos permiten generar seguridad alimentaria".