¡Maravilloso! no faltó nada en apertura
Tres, dos, uno. Cuando pararon los atronadores sonidos de los 2.000 tambores, todo comenzó. Hadas bajando del cielo y aros olímpicos en el aire, centenares de personas en sincronía, pintores delineando un lienzo gigantesco, acrobacias, fuegos artificiales, astronautas y efectos especiales: nada faltó en la espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Los tambores ancestrales y el asombroso despliegue tecnológico del evento sintetizaron la esencia de China, una potencia que busca fusionar tradiciones milenarias con la modernidad. La ceremonia demostró que China comenzó a reinventarse en su fusión de milenarias costumbres y modernidad. Y lo hizo a lo grande.
1. El estadio Nido de Pájaro encendió dos pantallas gigantes para que las más de 100.000 personas que asistieron no se perdieran detalle.
2. En el centro del campo se usó una pantalla de 147 metros de largo por 22 metros de ancho. En las afueras del escenario también ubicaron otras.
3. 100.000 miembros de la fuerza antiterrorismo custodiaron la ciudad. Y se ubicaron 300.000 cámaras de vigilancia de alta tecnología.