Histórico

Marlon lava, plancha y arregla casa

EL GANADOR DE cinco etapas del Clásico RCN es un afiebrado de las motocicletas. Uno de sus hobbies es coleccionar gárgolas y dragones.

13 de octubre de 2010

Cuando siente pasar una moto por su lado, la piel se le pone de gallina. Pero mientras, en la bicicleta apenas comienza su leyenda al ganar, la semana pasada, cinco etapas del Clásico RCN de la que fue líder.

El ciclismo ha sido su virtud, pero sus pasiones van por otro lado, como el querer volverse un piloto de automovilismo o de motociclismo.

Marlon Pérez es un perro viejo. Tallado desde su niñez, cuando en los 'agáchese' de Támesis vendía ropa interior de dama, hacía mandados, cargaba mercados, cuidaba carros y se echaba maletas al hombro.

Joven, demasiado joven, a los 18 años se hizo campeón mundial de la prueba por puntos. Y todo llegó de improviso para que su vida fuera otra. A veces inverosímil.

Un rebusquetas que a los 34 años le hizo el 'saquis' a las envidias, para dejar un mensaje: "aquí estoy y aquí me quedo". Volvió el ganador.

¿Cuál fue el secreto para tener tal actuación en el Clásico RCN?... Más de uno decía ¿Y este Marlon que está tomando?
"Esa es la envidia que tiene la gente. Lo que muchos no saben es que la Vuelta a Colombia me sirvió para estar en estupendo estado en el Clásico RCN, en el que me sentí muy fuerte y motivado, como nunca antes lo estuve".

También más de uno le dio la espalda al volver de Europa, porque decían que usted ya no iba más...
"A varios equipos les insistí para que me abrieran un cupo este año. Incluso toqué las puertas del Orgullo Paisa, mi primer elenco, al que siempre he querido volver. Por fortuna el GW-Shimano me tuvo en cuenta, porque es mucho lo que puedo dar. Todavía tengo demasiada motivación. Estoy vivo y entero".

¿Será que algunos se quedaron con la idea del Marlon Pérez coqueto y mujeriego y por eso no le abrieron las puertas como esperaba?
"Yo no tengo la culpa de ser gustador. Manejo mi pinta. Eso de coqueto y mujeriego pudo haber sido entre los 18 y los 24 años. Pero es que, alrededor de un famoso, se inventan muchas historias. Esa es la envidia de la gente, porque yo siempre he sido bullanguero y gozón".

¿Y aterrizó del todo?
"Yo soy un hombre libre de ataduras. Una persona espontánea, alegre y de buen vivir. Desde que tengo 15 años vivo solo como lo hago ahora en La Ceja. Desde hace dos años mi novia es Natalia López. Hasta ahora ninguno de los dos habla de matrimonio".

¿De esos años de fama, goce y dicha quedó algo en el camino?
"Muchas experiencias que le sirven a uno para saber qué pasos se pueden dar en la vida. Y dentro del capítulo de los temas bellos está mi hija, Valentina, que vive en Tuluá. Es una niña bella de 12 años, rubia, de ojos verdes que llama la atención. Los corredores la conocen y cuando estoy con ella me dicen suegro".

¿Y de la vida qué es lo que más le gusta, además del ciclismo?
"El motociclismo es una de mis grandes pasiones. Me sueño con ser piloto y si me dieran el chance hasta lo haría gratis al mando de un carro o de una moto. Si viera que a una moto Honda 1.000 le saqué 260 kilómetros por hora. También me fascinan el parapente y el buceo. Son muchas veces las que me he tirado desde el alto de San Félix. El próximo paso que daré será volar en ultralivianos. Todo lo que tenga que ver con la adrenalina me fascina".

¿Por qué nada después de las etapas?
"Yo llego a los hoteles después de las etapas y busco una piscina. Me gusta nadar y me hago entre 20 0 30 piscinas. Me regañan y me insisten que me puedo cansar para el día siguiente".

¿Qué carro tiene ahora?
"Comienzo a pagar un Gran Vitara Z-S 2011. El primer carro que tuve fue un Fiat 147".

¿Cómo fue vivir seis años en Europa?
"Fue una excelente experiencia vivir y correr en Italia y España. Cumplí el sueño de estar en el Caisse d'Epargne, uno de los grandes equipos del mundo del pedal. Del paso por allá me queda ser un estupendo cheff. Yo me sé hacer de todo: lavar, planchar, arreglar una casa. Sé valerme por mí mismo y lo disfruto mucho".