Más mujeres quieren ingresar a la vida militar
La E.M.C. admitirá 340 nuevos cadetes de ellos 40 serán mujeres.
Portar el uniforme del Ejército y llegar al grado de general es el sueño que lleva a cientos de jóvenes a inscribirse cada año en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova (en Bogotá) y hacer su curso de oficiales.
Desde 2009, que se abrió la posibilidad de que las mujeres no solo fueran oficiales administrativas sino que pudieran estar en la línea de combate, fueron muchas las que quisieron entrar.
En la actualidad, el cupo es para 40 cadetes y, según el coronel Juan Manuel Padilla, director de la Escuela Militar de Cadetes, de cada 25 mujeres que se presentan una es admitida. Lo más significativo es que ninguna pide la baja.
Su ingreso ha representado un reto porque en lo logístico contempla la construcción de alojamientos especiales y baños; y en lo disciplinario implica reglas de juego claras porque al ser muchachas jóvenes no se les puede impedir que se enamoren de sus compañeros de curso, pero sí que eviten las "expresiones de afecto".
Sin embargo, el principal cambio, indicó Padilla, tiene que ver con lo ideológico para que las jóvenes que egresen sean aceptadas y respetadas en un medio que ha sido "netamente varonil".
A pesar de ser un medio duro, cada vez son más las mujeres que quieren hacer carrera militar, ¿cómo ha sido el proceso de adaptación en la Escuela Militar de Cadetes?
"El programa ha tenido mucha acogida entre las mujeres. El año pasado se presentaron 800 para escoger 40. En diciembre asciende una mujer a general (la coronel María Paulina Leguizamón ), que es oficial administrativa y magistrada. Ella va abriendo la brecha para que las mujeres lleguen a los peldaños más altos de la institución.
La presencia de las mujeres implica un cambio cultural. Ellas patrullan con los cadetes varones, pero hay que tener consideraciones especiales. La vanidad, por fortuna, siempre va a estar presente. No queremos que parezcan hombres".
Sabiendo que es una vida tan dura, ¿siguen siendo altas las incorporaciones?
"En todas las escuelas hay mucha acogida. En tiempos de guerra conseguir un soldado no es fácil. Sin embargo, el programa tiene muy buena acogida".
¿Qué pasa cuando un joven admitido no quiere seguir o no da la medida para continuar en la escuela?
"Los retiros pueden ser por decisión personal porque no hay adaptación al medio militar; causas disciplinarias o académicas. Las sanciones son fuertes en caso de un fraude, por ejemplo, se procede al retiro de un estudiante. Un informe del Banco Mundial decía que la deserción universitaria es del 48 por ciento, en la Escuela es cercana al 19 por ciento".
Al Ejército lo han cuestionado por las bromas pesadas, los castigos fuertes que se hacen en los entrenamientos, algunos videos de maltrato animal, ¿qué medidas se han tomado para evitar estas situaciones?
"En la escuela se han presentado pocos casos de ese tipo pero no podemos dejar de reconocerlos cuando se presentan. El tema del trato, del respeto a la dignidad ha mejorado mucho de 10 años para acá. Se está insistiendo en el respeto por el subalterno, desde el principio de la carrera. Un trato fuerte, pero no maltrato. A veces se cometen excesos, una mala palabra. En una organización de 246.000 personas siempre se van a presentar ese tipo de situaciones".