Histórico
Mauricio Serna quedó marcado por el fútbol
La solidaridad acompaña a Mauricio Chicho Serna. En diciembre pasado visitó el pabellón infantil de la Clínica Cardiovascular, de la cual la Fundación Santiago Corazón es la principal benefactora. Muchos niños que esperaban turno recibirán tratamiento.
El 28 de noviembre de 2000, en Tokio, Mauricio Serna vivió el momento cumbre de su carrera. Boca fue campeón de la Copa Intercontinental.
Mauricio Serna logró con el Boca Juniors su consagración internacional, con seis títulos, entre ellos la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. Aquí aparece con sus compatriotas Jorge Bermúdez y Óscar Córdoba.
El popular Chicho alcanzó a integrar la Selección Colombia en uno de sus mejores momentos. Leonel Álvarez y Carlos Valderrama, en su partido 100 con la tricolor, se convirtieron en sus grandes amigos.
Chicho Serna, con Diego Osorio, Chicho Pérez, Andrés Escobar, Barrabás Gómez, René Higuita, Geovanis Cassiani, Toro Cañas, J.J. Galeano, Chonto Herrera y Alexis García, en uno de los mejores elencos de Nacional.
Con la esposa, Cristina, y sus hijos Mateo y Lucas, quienes ahora tienen nueve y seis años, respectivamente. El grupo familiar, dice Chicho, fue un soporte para aguantar cuando al comienzo no lo ponían a jugar en Boca.
En uno de los viajes que Mauricio Serna realizó a Italia tuvo la oportunidad de visitar al Papa Juan Pablo II. Aquí está el registro en el que aparece con sus compañeros del Boca Juniors. Un recuerdo que perdura en él.
01 de enero de 1900
- El título con Boca Juniors en la Intercontinental, fue su mayor logro.
- Lo marcó la visita a Roma, donde visitó al Papa Juan Pablo II.
- Ahora cumple su primera etapa como empresario de jugadores.
Wilson Díaz Sánchez
Medellín
El teléfono celular no deja de sonar. Lo llaman de Argentina y de todas las ciudades de Colombia. Es época de pretemporada y los equipos colombianos y suramericanos arman sus nóminas para afrontar los campeonatos.
Después de un año de su retiro Mauricio Chicho Serna, como lo hizo en las canchas, empieza a imponer su ley en el nuevo rol como empresario de fútbol o agente de jugadores, en un medio que, confesó, "es difícil por la deslealtad y tantos intereses que se mueven".
Esa fue la actividad que eligió tras su retiro de los campos, luego de triunfar con Boca Juniors y Atlético Nacional. Y aunque le exige constantes viajes al exterior, intenta compartir más tiempo con su esposa Cristina y sus hijos Mateo y Lucas, de nueve y seis años, respectivamente.
El partido de despedida que montó ayer puso a prueba sus dotes como organizador, tal como lo destacó el empresario Mario Múnera, al resaltar "la puntualidad y el orden del Chicho".
A pesar del ajetreo de los últimos días, el ex jugador de la Selección Colombia tuvo tiempo para evocar los momentos cumbre que vivió en 15 años de actividad profesional en el fútbol, para reflexionar sobre sus aciertos y errores, y revivir escenas como su visita al Papa Juan Pablo II.
La semana que pasó será inolvidable para él: el lunes cumplió 39 años y visitó al profesor Luis Fernando Montoya, el jueves celebró otro aniversario de su matrimonio y ayer realizó el sueño de su despedida, al lado de Diego Maradona, Carlos Bianchi, Pibe Valderrama, René Higuita, Leonel Álvarez, Luis Carlos Perea, Chonto Herrera y demás amigos que le dejó el deporte.
¿Cómo se soñaba su adiós?
"Yo no soy soñador, soy realista. Quería era ver el estadio lleno y que la gente disfrutara".
¿Que le dejó el fútbol
"La gente, queda mucha gente que valora mucho lo que yo hice en las canchas, la entrega que siempre tuve. La felicidad que expresan los aficionados cuando me ven y saludan. Eso es muy importante para mí".
¿Se arrepiente de algo?
"Haberme ido de Boca Juniors, siempre lo dije. Fue la peor decisión que tomé en mi vida, pero fue donde más aprendí cuando me fui a México (Puebla, tentado por la oferta económica)".
¿Cuál será su futuro?
"Quiero seguir en el tema de ser empresario. Ahí voy, es una profesión en la que hay mucha deslealtad, se manejan muchos intereses. Pero quiero aportar lo mío, respetando a la gente y haciendo lo mejor posible".
¿Por fuera de las canchas cambia mucho su visión sobre el fútbol?
"No. Ahora me siento con mucha más libertad para emitir un concepto de un partido o de algunos jugadores. Antes me cuidaba por ser futbolista y ahora lo que pienso lo digo tranquilamente".
¿Qué le quedó faltando como jugador activo?
"Un título con la Selección Colombia".
¿Cómo un colombiano llega ser capitán de un club tan grande como Boca Juniors?
"Con mucha disciplina y entrega en los entrenamientos y los partidos. En Boca estaba con Bermúdez y Córdoba, nos unimos y encajamos bien en este equipo que sobresalía por su integración en competencia".
¿Tiene frustraciones?
"Lo del Mundial de Estados Unidos 94 porque teníamos con qué hacer un buen torneo y no se pudo, también la final de Copa Libertadores que perdimos con Nacional y después una lesión jugando para Boca que me sacó mucho tiempo de las canchas".
¿Le gustaría llegar a la dirigencia del fútbol colombiano?
"No quisiera ser dirigente ahora. Prefiero estar al margen de esa actividad... Pero sigo colaborando con la Agremiación de Futbolistas Colombianos".
¿Apoyaría a sus hijos Mateo y Lucas si decidieran ser futbolistas?
"Sí, pero que sea lo que ellos quieran. Por ahora están dedicados al estudio que es tan importante".
¿De los equipos donde estuvo, cuál recuerda más?
"Nacional y Boca me marcaron mucho porque el primero me dio a conocer, me brindó una gran oportunidad, y con el segundo logré los mejores éxitos de mi carrera".
¿Cuál es el partido que más tiene en su memoria?
"Hubo muchos, pero el que jugué en Japón por la final de la Copa Intercontinental contra el Real Madrid. Fuimos campeones y es algo inolvidable".
¿Encontró un amigo especial en el fútbol?
"Hay muchos porque compartí con mucha gente, pero los que más me marcaron fueron Óscar Córdoba y Jorge Bermúdez con quienes estuve en Boca; Víctor Aristizábal y Faustino Asprilla".
¿Qué país lo marcó o le gustó en su recorrido futbolístico?
"Italia, porque fue un viaje especial que hice con Boca. En esa ocasión jugamos en Roma y después del partido tuve la oportunidad de conocer al Papa Juan Pablo II".
Faltaron grandes amigos del Chicho
La presencia de los argentinos Diego Armando Maradona, Carlos Bianchi, Alejandro Mancuzo y José Bazualdo, y de los colombianos Carlos Valderrama, Luis Carlos Perea, Chonto Herrera, Diego Osorio, Faustino Asprilla y René Higuita, entre otros, dejó satisfecho a Mauricio Serna en el día de su despedida.
Sin embargo, el jugador se mostró molesto por la actitud del presidente de Boca Juniors, quien no les dio permiso de venir a Medellín a Martín Palermo, Guillermo Barros, Hugo Ibarra y Sebastián Bataglia. "Yo merecía que mis compañeros de Boca vinieran, pero yo no soy quien manda en este equipo, el señor presidente (Gustavo Macri) no los quiso dejar viajar".
Chelo Delgado, quien ya no está en Boca, no pudo viajar por un compromiso familiar en la celebración de los 15 años de su hija.
"Me retiro con la tranquilidad de que siempre di lo que debía dar, cumplí en Nacional y Boca como jugador", concluyó el popular Chicho.