Mecedora: a descansar y recordar
Las mecedoras han cambiado su vaivén, formas y colores. Iconos del estilo de casa.
Un elemento que no es el protagonista en los espacios pero es apreciado por abuelos, padres e hijos. Es la silla mecedora, a la que aún se le puede ver en la esquina de la sala o en una habitación, es, si duda, el lugar donde todos se quieren sentar por la comodidad que ofrece.
“La gran ventaja es la ergonomía, es una silla donde se queda suspendido y hay una sensación de flotar en el espacio. La silla toca el suelo en una superficie o punto tangente. Además, nosotros la relacionamos con el descanso por la tradición de nuestros abuelos o por la mecedora de la Costa tan recordada”, señala Luis Fernando Patiño, docente del Departamento de Ingeniería de Diseño de la Universidad Eafit.
Los lugares ideales para tener este tipo de sillas serían las habitaciones, como elemento auxiliar o complementario a la cama, también en los balcones o en las zonas sociales, pero siempre y cuando éstas se presten para el descanso.
“Como las mecedoras ofrecen una posición de descanso contemplativa, al presentarse este tipo de situación, se pueden ver con frecuencia también en las fincas, porque la naturaleza es un elemento importante. Por eso, estar relajado y poder mirar el paisaje es precisamente lo que le brinda la mecedora a las personas. Es común verla en los corredores de las casas del campo”, detalla Santiago Gil , arquitecto y diseñador de interiores.
Un elemento de recuerdos
Siempre y cuando la mecedora conserve esa imagen tradicional, hecha en mimbre tejido y con los laterales en madera genera un evento de evocación.
“Nosotros fabricamos las mecedoras en madera macizas y reforestada. Trabajamos una técnica en donde le sacamos la fibra a la madera y nos permite pintarla en colores. En cuanto a la tapicería de la mecedora, se puede hacer en cualquier tipo de tela, texturas y colores, se trabaja en cuero también”, describe Elizabeth Jaramillo , gerente comercial de la empresa José y María Carpintería.
Los cambios que se le han venido dando a las mecedoras son más que todo en sus materiales. Este elemento casi que rural se está insertando de buena manera en los espacios de los hogares en la ciudad.
“Han pasado de ser estructurales, con elementos lineales a volúmenes rotomoldeados de una sola pieza. En madera laminada se han realizado sistemas de descanso con topos de movimientos que se estabilizan dependiendo del movimiento del usuario. Stokke es un buen ejemplo”, detalla el docente.
También hay algunas mecedoras que se utilizan como complemento para acompañar los sofás, las cuales también se pueden ubicar en un estudio, habitación o lugar de disfrute en general.
“Me parece que la funcionalidad de mecerse vuelve a la silla divertida. Es un elemento que pasa de ser estático a ser dinámico. Más que moda es una buena opción para los espacios”, afirma Esteban Gómez, gerente de diseño, de Perceptual Studio.