Histórico

Mick Jagger, una historia de fotografías

EL CANTANTE BRITÁNICO no solo ha cosechado buena música por más de cuatro décadas, también ha sido imagen del rock.

19 de marzo de 2011

En 1964, The Rolling Stones publicaron su primer álbum, de título homónimo. Ese año, un joven de 21 años llamado Mick Jagger posó para Harry Goodwin, el fotógrafo oficial del programa Top of the Pops de la BBC . Aquella promesa de gesto inocente aún no sabía lo que se le venía encima ni el número de retratos que ilustrarían su leyenda.

La obra Mick Jagger. El libro de fotos (La Fábrica), que se acaba de publicar en España, recorre a través 72 retratos fotográficos el crecimiento y evolución a lo largo de los últimos 50 años de una leyenda viviente del rock.

En los 60, predominan las poses artificiales e ingenuas, con un Jagger inhibido, enfundado en trajes y camisas abotonadas hasta el cuello, que arrojan aún destellos del fallido estudiante de Economía.

Sus retazos de rebeldía y singularidad se reducen al desaliño del pelo y al espléndido abrigo de piel con el que le fotografía Gered Mankowitz, que consiguió instantáneas suyas en su apartamento.

Fueron los años de The Rolling Stones No. 2 , que mantenía la sintonía rythm and blues de su predecesor y los del sencillo (I can't get no) Satisfaction , que los catapultó a la fama internacional.

Cecil Beaton, otro de los fotógrafos que consiguió retratar a Jagger, dijo de él: "Me fascinaban las sutiles líneas cóncavas de su cuerpo, sus piernas, sus brazos, la boca casi demasiado grande. Es al mismo tiempo hermoso y horrible, femenino y masculino".

En 1966, Paint it black presentó su tercer trabajo, Aftermath, y rompió definitivamente los esquemas r&b. El lado más salvaje comienza a aflorar, sobre todo en las fotografías tomadas de su debut cinematográfico, Performance , de 1968.

La grabación de Their Satanic Majesties Requesty Beggars Banquet aleja del resto de la formación al entonces líder, Brian Jones, cada vez más dependiente de las drogas y con problemas psicológicos. En 1969, ya fuera de la banda, es hallado muerto en el fondo de su piscina.

Jagger asume el mando de los Stones; el disco Let it bleed da una idea del nivel de sus composiciones en aquel momento.

Abandono y explosión
Pero el escándalo no había hecho más que empezar, con detenciones por consumo de LSD o su imagen desnudo tomada en 1971 por David Montgomery, mientras posaba para la portada del disco Sticky fingers , ideada por Andy Warhol.

La adicción a las drogas y la huida del fisco marcaron profundamente el desarrollo y grabación en el sur de Francia del álbum Exile on Main St. (1972), curiosamente uno de sus mayores logros musicales.

Como indica François Hébel en el prólogo de Mick Jagger. El libro de fotos , los setenta arrojan imágenes de abandono total y de explosión roquera, como el retrato de Jim Marshall, en la que el cantante se relaja durante la gira de 1972 en Estados Unidos, agotado tras entregarse en el escenario.

Paralelamente, la influencia andrógina y teatral de David Bowie hace mella. A esta mirada responden los trabajos de Terry O'Neill, Michael Putland o Jean-Marie Périer, cuya imagen de Jagger de 1973 ilustra la portada del libro.

El estancamiento musical que se les achaca a partir de esa fecha, pero con excelentes temas como Angie , no tiene parangón en su iconografía. Annie Leibovitz les acompaña en la gira de 1975. Jagger rompe una cristalera y le pide a la fotógrafa que retrate a color su herida recién suturada.

La década se cierra con el final de su matrimonio con Bianca Jagger, la aparición de Jerry Hall en su vida y el éxito comercial del disco Some Girls en 1978.

En los años de los cardados, los pitillos y las hombreras vive su emancipación como artista, grabando en solitario los discos She's the bossy Primitive cool , acogidos con cierta frialdad por la crítica.

Jagger entraba pletórico en los 40, al menos en lo físico, algo de lo que dejaron constancia tanto Leibovitz como Herb Ritts.

El fotógrafo mexicano Enrique Badulescu trabaja con Jagger en 1989 para Steel wheels , el disco que marcó el regreso de los Rolling a los conciertos en vivo. Badulescu declaró que "no podía creer la soltura con que Jagger se movía delante de la cámara".

Para su tercer disco en solitario, Wandering spirit (1993), vuelve a posar una vez más para Leibovitz. Los Stones regresan a la actualidad musical con Voodoo Lounge (1994), Rock and roll circus (1995), Stripped (1995) y Bridges to Babylon (1997).

El grupo y sus componentes habían sobrevivido al auge del punk y a la etiqueta de "banda obsoleta", así que en los 90 pasaron por derecho propio al estadio de leyendas vivientes.

Diabólico y felino
Un halo de majestuosidad rodea al cantante en los retratos de esta época, marcada por la fotografía de moda, como en los trabajos de Peter Lindbergh y de Sante D'Orazio, colaborador de Vogue, que transforma a sus modelos "en seres mitológicos que expresan la obsesión de nuestro tiempo por la belleza, la juventud y el éxito".

Más caracterizado, Anton Corbijn saca su lado más diabólico y Albert Watson lo convierte en un felino.

En 2001 estrena Goddess in the Doorway , considerado el mejor de sus cuatro trabajos en solitario. En 2002, "su satánica majestad" es nombrado "Caballero de la Orden del Imperio Británico". Con la banda, publica A bigger band en 2005.

A pesar de ello, del gran éxito y de las miles de reverencias que el mundo rinde a Jagger, los retratos se hacen cada vez menos frecuentes. Jagger no se resigna a perder el esplendor de su juventud y sólo se deja retratar, bello aún pero más serio, por Karl Lagerfeld, Mark Seliger y Simone Cecchetti.

Más cómplice aparece en las obras de Anton Corbijn y del músico Bryan Adams de 2008, con la que se cierran -al menos de momento- casi cincuenta años de imágenes emblemáticas y de sólida historia musical.