Mil libros liberados navegan gratis entre nueve puertos
El proyecto Librosbarco busca compartir textos y evitar que se empolven en anaqueles.
Con el propósito de liberar los libros esclavizados en las bibliotecas personales, nació hace ocho años un novedoso proyecto literario llamado Librosbarco.
Todo comenzó, en parte, como algo jocoso y porque muchas veces José Manuel Correa , Jorge Andrés Gallego , Alejandro Arango , Víctor Valencia y Alexandra Gómez se quedaban sin material para leer.
Este era un grupo de amigos que se reunía cada martes en el cafecito de Carlos E. Restrepo, para hablar de poesía, literatura y cultura en general en unas tertulias que promovía José Manuel Correa .
A la idea de la liberación se sumó la de empezar a intercambiar libros entre ellos. Cuando se volvió costumbre, “decidimos ponerle un poco de orden a esto. Si ya los libros no son de nadie, pongámosles una cédula. Nos inventamos un logo con un barquito, y un número y armamos una base de datos en excel. Así empezamos a registrar los que llevaba cada uno”, recuerda el creador del proyecto.
Hace dos años decidieron volver la idea pública y la pusieron a navegar. Primero contactaron a una amiga chef que tiene un restaurante y le gustan los temas culturales.
“Fue allí, en Pomodoro, con el apoyo de Ana María González , donde empezamos a hacer tertulias cada dos meses y pusimos el proyecto a navegar. Este fue el primer puerto”, cuenta José Manuel mientras precisa que ya son casi mil los libros que navegan en ocho puertos en Medellín y uno en Cali, que recién inauguraron esta semana.
Tienen cédula
La mecánica de Librosbarco es sencilla: definen un sitio afín (por lo general un café o un restaurante) donde puedan tener una pequeña biblioteca, invitan a la gente a que lleve libros y cuando lo hacen alguno del grupo va a cedularlo.
“Los cedulamos en la portada y les ponemos una bitácora en la primera página con tres datos: el nombre de la persona que lo recibe, el lugar donde lo recibe y la fecha”. Al lado aparece la dirección librosbarco@hotmail.com a donde la persona envía un correo con los datos para alimentar la base de datos que tienen de los libros.
Contrario a lo que ocurre cuando se toma un libro prestado, aquí la única condición es que los libros no se pueden devolver. “Rompemos con ese paradigma. Lo que tienen que hacer es rotarlos, pasárselos a alguien”.
Aquí no se cedulan libros de álgebra, economía o superación personal. El grupo rinde honor a la literatura. Obras de Julio Cortázar , Jorge Luis Borges , Héctor Abad Faciolince , Tomás González , Édgar Allan Poe , Mario Benedetti y Pablo Neruda son las que más circulan. La meta es que las letras naveguen sin fin.