Nacional sonríe e Itagüí llora su eliminación

El amplio conocimiento de cada uno de los 110 metros de largo por 70 de ancho de la gramilla de su moderna sede, el regreso triunfal del volante Edwin Cardona y ratificando que es un equipo muy contundente, Nacional venció  3-1 al Itagüí y clasificó a los cuartos de final de la Liga Postobón como uno de los mejores cuatro del rentado.

Sin dejar de lado el dolor de "jugar a puerta cerrada", como lo recalcó otra vez su técnico Santiago Escobar y gracias al gol tempranero de Carlos Rentería (sólo tres minutos de la contienda en Guarne) y al doblete de Cardona (36' de tiro libre y 51 con remate suave dentro del área), el onceno verdolaga se dio el lujo de "escoger" rival en el sorteo.

Por ser muy efectivo, salir del bache futbolístico a tiempo y aprovechar al máximo los errores de las águilas doradas y no dejar de atacar, Nacional terminó con 33 puntos y la moral en alto para arrancar la segunda fase el miércoles frente al Deportivo Cali, elenco que se metió en la última fecha del todos contra todos.

A diferencia del contrario, que de manera feliz empezó a hacer planes para visitar a los azucareros, los de Itagüí salieron del Oriente con la cabeza gacha, porque esa derrota 3-1 le significó la eliminación del campeonato.

Y las águilas doradas se perderán la fiesta, explicó Jorge Aguirre, porque perdieron muchos puntos en casa y carecieron de contundencia. La prueba está en que ayer tuvieron más la pelota que el rival y sólo le ganaron en opciones claras (ocho contra cinco).

Mientras el reloj se convertía en el principal enemigo del visitante y la presión transformaba a los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes itagüíseños, Nacional aprovechó la constante salida de Víctor Giraldo, la velocidad de sus delanteros, la claridad con la que volvió Edwin Cardona (la figura del encuentro) y la gran tarde de su arquero Franco Armani para manejar los ritmos del partido aún después del descuento de Néstor Salazar a los 51 minutos.

Ahora lo que viene, recalcó ayer Sachi Escobar, es "luchar con nuestras armas y los jugadores que nos queden para empezar con pie derecho los cuartos de final e intentar llegar a la cima ante un rival de jerarquía y tradición que hizo una gran cabalgada y aprovechó el papayaso que le dieron en la última fecha".