Netflix conquista latinoamérica con producciones de narcotráfico y fútbol
De los 10 mil participantes en el mayor mercado de televisión del mundo, la marca que suscita más interés estos días en el MIPCOM de Cannes es Netflix, una plataforma que crece vertiginosamente y amenaza con revolucionar el consumo de contenidos audiovisuales en todo el planeta.
"Es la edad de oro de la narración de historias. Lo que hacemos es innovar con la tecnología para consumirlas", resumió este martes en una conferencia el jefe de contenidos de Netflix, Ted Sarandos.
Netflix, que en 1997 era una página web donde una treintena de empleados gestionaban un catálogo de alquiler de DVD's por correspondencia, el año pasado facturó 4 mil 474 millones de dólares y multiplicó su beneficio anual por cinco, hasta los 112 millones de dólares.
"Estamos invirtiendo constantemente, expandiéndonos constantemente", comentó Sarandos, que quiere hacer de su ventana una empresa global de contenidos.
Ese gigante digital tiene 50 millones de suscriptores de pago, se expande ahora por Europa, está penetrando en Latinoamérica y pronto desembarcará en Asia, probablemente en Japón y Australia.
Se estrenó como productora el año pasado con House of Cards, con el doblemente oscarizado Kevin Spacey como protagonista del thriller político, continuó con Orange Is the New Black o BoJack Horseman.
Actualmente prepara su primer largometraje, una secuela rodada en IMAX de la oscarizada Tigre y Dragon, de Ang Lee. Además, producirá cuatro películas dirigidas por el actor y director Adam Sandler que se estrenarán directamente en televisión y no en las salas de cine.
"Un tercio de lo que se ve en Netflix son películas. Para nosotros es solo contenido", apunta Sarandos, que está implantando al gigante de la televisión digital a Latinoamérica, como distribuidora y productora.
Motivada por la autenticidad del territorio y por los incentivos fiscales, Netflix rueda actualmente en Colombia Narcos, una serie de diez capítulos sobre la vida del narcotraficante más poderoso de la historia, Pablo Escobar (1949-1993).
Las cintas contarán con los brasileños José Padilha en la dirección y Wagner Moura en la piel del capo de la cocaína, un actor que ya exploró el mundo de la violencia y la droga en Tropa de élite.
Narcos tendrá acento panamericano pues también contará en el reparto con el chileno Pedro Pascal como agente de la DEA, los colombiano Manolo Cardona y Roberto Urbina, y con la mexicana Ana de la Reguera.
Netflix, que tantea con algoritmos cuáles son los contenidos que demandan las audiencias, se ha aliado con Gaumont International TV para coproducir la serie, que estrenará en español y en inglés en 2015.
Desde la exitosa producción colombiana Pablo Escobar, el patrón del mal, que se estrenó en 2012 y rompió récords de audiencias en Latinoamérica, la biografía del asesino que gobernó el mercado mundial de la cocaína en los años ochenta está en pleno apogeo.
El próximo mes noviembre será Benicio del Toro el que llegue a las pantallas de cine encarnado al cacique del Cártel de Medellín con Escobar: Paradise Lost.
Pero el interés Netflix rebasa la figura del carismático narcoterrorista y se inscribe en una estrategia de expansión por América Latina, no en una moda pasajera.
Además de acelerar los estrenos en streaming en el continente, el gigante estadounidense se ha embarcado en su primera producción en castellano.
Se trata de una comedia de 13 episodios sobre el fútbol filmada en México, que se estrenará también en 2015 y para la que ha contratado a Gaz Alazraki y a Luis Gerardo Méndez.
Por ahora, parece, ese será todo el contacto de Netflix con el deporte, el contenido estrella de las televisiones de todo el mundo.
"No descartamos nada. Muchas de las cosas que hacemos ahora existen porque no las descartamos hace algunos años", avisa Sarandos.