Niños y jóvenes que se gozan las orquídeas
En la Institución Luis Eduardo Posada de El Retiro, estudiantes conformaron un grupo para reproducir orquídeas in vitro.
Preguntas es lo que sobra, respuestas es lo que falta. Por eso una más no hacía daño. Y permitía participar.
¿Cuáles especies de plantas había en la vereda que ya no?
Esta fue la inquietud inicial de los estudiantes de la Institución Educativa Luis Eduardo Posada para participar en el Programa Ondas de Colciencias, que alienta la investigación estudiantil y que en Antioquia coordina el Centro de Ciencia y Tecnología (CTA).
Pero era muy amplia. Por eso los muchachos de este centro en Los Salados, en El Retiro, la delimitaron: qué especies de orquídeas había, cómo preservarlas y propagarlas.
Con el nombre Orchids Discovered, escogido con la entonces profesora Sandra Arenas , presentaron el proyecto. Desde eso el trabajo ha sido intenso. Recogieron orquídeas, que también trajeron de otros sitios, cuenta María Alejandra Berrío, ahora en 11 y líder indiscutible.
Tienen como 30 especies. Comenzaron a leer. Las identificaron por las flores. Las horas revelan el género. Las hay epífitas (crecen sobre otro vegetal), litófitas (aparecen sobre rocas) y terrestres. De todo tuvieron que aprender y averiguar.
No era solo recolectar las que había: era asunto de propagarlas. Todo un proyecto biotecnológico. Leer fue muy útil. Preguntar también. Y hacer visitas, como a laboratorios de la UPB.
Así fueron consiguiendo personas que les colaboraron. Jorge Wolf , de la Sociedad de Orquideología, les asesora.
Hoy en la zona posterior de la Institución está el vivero, en el que la Alcaldía les ayudó. Y en un baño que no se usaba está el laboratorio.
El grupo lo integran unos 20 alumnos, de 4° a 11°, explica Melania Lezcano Rueda , profesora que continuó con el proyecto.
Van al vivero, están pendientes de que las orquídeas estén bien, las abonan, fumigan, retiran las hojas secas. Y velan por las cápsulas, en las que está su preciado tesoro: las semillas.
Cuando han sido fecundadas, dicen María Alejandra y Yeison Mejía , mientras enseñan algunas, las cápsulas van al laboratorio, las desinfectan, lavan y flamean para evitar cualquier tipo de contaminación. Mientras hablan, el Chiqui Fáber Pérez , Jonatan Carvajal y Raúl Zapata revisan más.
Las semillas son puestas en un medio, como el agar, en un frasco que ha sido descontaminado en una olla a presión durante 12 minutos.
Es un proceso de ensayo-error en el que todos aprenden y que ya dio frutos. El proceso lo pulieron y en 2013 comenzará la producción in vitro para la institución, la vereda y vender.
Tal ha sido el entusiasmo, que tienen video en YouTube y un blog que actualizan con frecuencia. Así, de una pregunta cualquiera en una escuela cualquiera surgió un proyecto que enseña ciencias y que será transversal al pénsum.
Una manera de mostrar que el mundo sí se puede armar desde el aula de clases.