Histórico
No nos viene mal la ducha fría de la paciencia
17 de julio de 2008
La paciencia es una de las virtudes más difíciles de ejercer en estos atafagos que nos impone la vida moderna.
Pero ¡ah necesaria que es! Sobre todo en las carreteras y en las vías de la ciudad.
Cuando los conductores van a la velocidad permitida no es razonable ni recomendable que quienes vienen detrás estén acosando, encendiendo luces, bombardeando con pitos y tratando de adelantar el vehículo.
En esta actividad de la conducción, y precisamente a causa del terrible flagelo de inmovilidad que afecta a la ciudad, debemos todos colaborar y someternos a la ducha fría de la paciencia. Puede ser tan terrible la lentitud de un conductor como la prisa producto del acoso.