Así se consigue una pesebrera
UNA PESEBRERA ES más que el espacio para alojar los equinos. Por salud y comodidad del animal debe reunir ciertas condiciones que en ocasiones se ignoran.
Para mayor facilidad en su manejo albergamos los caballos en pesebreras, sin embargo, con estas se cambia la naturaleza del animal: estar libre, en manada.
Por esta razón al hablar de alojamiento equino se debe considerar su medio natural y procurar que la pesebrera o caballeriza sea lo más cómoda posible.
Para reducir costos algunos propietarios consideran la posibilidad de construir sus propias pesebreras en sus fincas.
Si es su caso, o si por el contrario usted paga por el servicio de pesebrera, es igual de necesario que conozca qué condiciones debe reunir el lugar por la salud y comodidad del ejemplar.
El ingreso a este espacio no puede ser antes de los 28 meses de edad, tiempo que debe permanecer en un potrero.
"Por la conformación de huesos, el desarrollo muscular y el desglose de energía debe crecer libre", explicó Juan Alejandro Cuartas, experto en temas equinos.
Llegado el momento, tenga en cuenta que una pesebrera más amplia es mayor bienestar para el caballo.
La recomendación es que sea de cuatro por cuatro metros, espacio mínimo para que pueda echarse y caminar.
Nada de estrés
La pesebrera, explicó, "debe ser lo suficientemente amplia para que el ejemplar pueda moverse y lo suficientemente cómoda para se amañe y no se estrese".
La comodidad del animal además del espacio, corre por cuenta de la cama o piso, compuesto de tres capas que forman un sistema de drenaje.
La base, hecha de gravilla, cumple la función de filtrar. Siguen la capa impermeable que puede ser arena y la superficie -que debe ser blanda- se logra con cisco.
La capa de cisco debe tener un mínimo de diez centímetros, pues se debe evitar que el piso sea duro.
Si el piso está mojado o duro, dijo Cuartas, el casco se ablanda, le empieza a subir humedad por la pata y le daña sus miembros de locomoción.
Para evitar la humedad que la orina deja en el piso, se debe recoger diariamente todo el material sucio y repartir de manera uniforme lo que queda.
"Llega un punto de la semana en que el cisco ha bajado mucho por la limpieza diaria, entonces se debe volver a surtir para que quede a una altura buena para el equino", recomendó el experto.
El amoniaco de la orina perjudica además el sistema respiratorio del caballo por lo que se debe tener en cuenta la circulación del aire.
Las ventanas y barandas permiten que el animal reciba luz, aire y, sin tocarse, socialice con los demás equinos.
Hay otras técnicas menos comunes pero igual de útiles. Iván Maya, encargado de pesebreras en Asdesilla, acostumbra dejar las telarañas de las partes altas, ya que ayudan con los insectos que molestan los animales.
Aprenda a conocer las necesidades de su ejemplar.
Un error muy común son los comederos altos. Por el contrario deben ser adaptados a su fisiología.
En el potrero el caballo tiene que agacharse y ese ejercicio estira los músculos y ayuda al desarrollo maxilar y del cuello.
"Como ya lo metimos en una jaula hay que acomodársela a lo que es, un animal con sentimientos" concluyó Cuartas.
¿Ya revisó en qué condiciones está su pesebrera?