Histórico

Ópera y música colombiana movieron la vida de don Alberto

Alberto Upegui fue uno de los gestores de la ópera y el canto en el país, murió el sábado. Un apasionado que creyó en la música, durante toda su vida.

29 de enero de 2014

Alberto Upeguí, literalmente, tenía una vida de música. No importa que hubiese estudiado derecho y ciencias políticas, ni que haya sido periodista y hasta presentador. La música estaba siempre, sin falta.

"Era un hombre muy versátil, pero a la par, estaba la música", dice Yener Bedoya, subdirector de la Corporación Carmiña Gallo, que él fundó con su esposa, la cantante Carmiña Gallo.

Dos amores tenía don Alberto, que murió el sábado, en la madrugada: la ópera y la música colombiana. Su canción preferida, o quizá una de sus preferidas, era La piragua, de José Barros. Le gustaba por la mezcla de historia, de leyenda y de imaginación.

Empezó en Medellín. En 1960 logró que después de 15 años sin actividad lírica en Colombia, se hiciera Madame Butterfly, de Puccini, con un elenco colombiano. Una temporada de música, que después le ayudó a que cinco empresas antioqueñas lo patrocinaran para hacer el Primer Festival Internacional de Ópera Ciudad de Medellín, de los que después hizo más ediciones, que le permitieron promocionar a dos figuras: a la que sería su pareja y Alejandro Ramírez. También a otras voces, que encontraron un espacio serio y profesional.

El trabajo no paró. En 1973 se fue para Bogotá y, con Carmiña, continúan una labor cultural, que los lleva, incluso, a crear la base de La ópera de Colombia, que hizo grandes temporadas, con lo que no le podía faltar a don Alberto: el elemento colombiano.

"Era una persona muy apasionada, que vivía la música -cuenta Yener-. Quería que todas las aventuras y empresas culturales no fueran solo eso, sino que se hiciera música bien hecha. Tenía un término. Tener asepsia musical. Hacer música bien hecha: que la canción pudiera comunicar, que fuera más allá del hecho de cantar o del vestido".

Insistía mucho en esas interpretaciones que causaran emociones, que comunicaran, que trascendieran. Era un fanático de hacer temporadas largas, de las que ya no se hacen. Le encantaba dirigir el coro.

Dos proyectos continúan con su legado. La corporación Carmiña Gallo y el espectáculo musical Clásicas del amor, que cumple 20 años en este 2014 y que busca divulgar el repertorio romántico, la ópera, la música colombiana. También otros géneros que pasan hasta por el rock and roll.

El sinónimo de Alberto Upegu i, que nació en 1937, es la música. Lo demás era amor, y su esposa, Carmiña, que se fue hace 10 años.