Histórico
Orbitel ha tenido un año exitoso en España
Santiago Londoño Ramírez, director General de Orbitel en Madrid.
01 de enero de 1900
- Los accionistas son Valores Bavaria, Grupo Aval y EPM.
Juan Carlos Iragorri
Madrid, España
"La historia de Orbitel en España es la historia de un éxito". Así de contundente se muestra el director General de esa empresa en Madrid, Santiago Londoño Ramírez, al hacer el balance de Orbitel justo un año después de que la compañía abriera sus puertas en territorio español.
Londoño no exagera. Quien camine por las calles de Madrid o Barcelona, Bilbao o Valencia, e incluso por ciudades tan pequeñas como la despoblada Soria -según pudo comprobar este corresponsal-, se da cuenta de que las tarjetas telefónicas de Orbitel se venden en muchos sitios.
"La presencia en grandes zonas geográficas es una de las dos claves que explican el éxito que hemos tenido. El 30 por ciento de nuestras ventas se generan en Madrid y sus alrededores", sostiene Londoño. Y es lógico, dado que en esa región del país viven cerca de 800.000 inmigrantes.
El resto de las ventas se reparte principalmente en las comunidades autónomas (algo así como los departamentos en Colombia) de Cataluña, cuya capital es Barcelona, y Valencia. "Allá vendemos el 40 por ciento del total. Lo demás en el País Vasco y Andalucía", agrega.
Hoy, las tarjetas de Orbitel se consiguen en 4.000 locutorios (locales con cabinas telefónicas a bajo costo) y, en menor medida, en tiendas que ofrecen productos alimenticios de Colombia, Ecuador o Argentina.
Igual ocurre en los supermercados chinos, que abren más horas de lo habitual.
La otra clave que explica la buena marcha de Orbitel en España ha sido el notable incremento en las ventas.
"En este primer año de gestión ha sido del 50 por ciento mensual. Para 2005 esperamos que sea del 20 por ciento. Un descenso así sería apenas natural", dice.
Orbitel vende en España unas 150.000 tarjetas telefónicas al mes, la mayoría de las cuales valen 6 euros (unos 20.000 pesos colombianos). El precio de las demás es de 5 euros. Cada tarjeta permite hablar con Colombia por 77 minutos.
Facturación
La facturación de Orbitel alcanzó el año pasado los 2,4 millones de euros (7.700 millones de pesos), pero su balance arrojó pérdidas.
"Así estaba previsto en el business plan (plan de negocio). Este año esperamos llegar al punto de equilibrio. Sería excelente", subraya Santiago Londoño.
Ele ejecutivo fue el encargado de abrir Orbitel en España. Con 33 años, este paisa estudió Ingeniería de Producción en Eafit. Hizo un máster en Administración de Negocios en el IESE de Barcelona y otra especialización en la Universidad de Duke, Estados Unidos.
"La idea de arrancar en España echó raíces en Orbitel en el año 2001, cuando se había consolidado la operación en Estados Unidos. Yo no trabajaba en ese momento en la empresa. Aquí nos ha ido muy bien. No puedo quejarme", afirma.
Hace pocas semanas, Orbitel lanzó la promoción "Rasca y gana", por la cual una persona puede hacerse acreedora a un automóvil Smart Fortwo Pure si le toca la tarjeta respectiva. Los accionistas mayoritarios de Orbitel son Valores Bavaria, el Grupo Aval y las Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Los retos
Entre los principales retos de Orbitel en España está la penetración en grupos de inmigrantes distintos a los colombianos. "Es verdad que en este país hay cerca de medio millón de compatriotas que compran el 40 por ciento de las tarjetas. Pero el objetivo es crecer en otros grupos nacionales como los ecuatorianos, que son un millón, o los argentinos", dice Santiago Londoño.
"También pretendemos aumentar la demanda de personas que suelen hacer llamadas a distintos países europeos. Nuestra tarjeta funciona muy bien cuando se quieren comunicaciones con Inglaterra, al igual que con países de Europa del Este, de donde llega mucha gente a España", añade. "Hoy en día, el 20 por ciento del tráfico de nuestras llamadas se dirige a esa zona del mundo".
Londoño advierte que en territorio español hay alrededor de 300 tarjetas telefónicas en el mercado. "De ese total, sólo un 10 por ciento tienen vocación de permanencia. El resto no", dice el ejecutivo.