Oriente arrastra fervor rojo
La fiesta del DIM toma forma en varios sectores de la ciudad con banderas, escudos, pinturas, cánticos. Cristian Jiménez, de La Milagrosa, así lo refleja.
Si de banderas del DIM se trata, que vayan a la calle 45 con la 22, en Miraflores.
Por allí, por donde sale el sol del día, también aparece el escarlata de elevada dosis, tanto por el equipo que dirige Hernán Darío Gómez, como por los efectos de una Navidad entrada en días y alegrías de finales de la Liga Postobón-II.
Donde están las banderas que hablan del Poderoso o del Rey de Corazones, la gente anda de trabajo, y el testimonio son las insignias que cuelgan de balcones o barandas que dan a la calle, a la vuelta del Batallón Bomboná. Y, en La Milagrosa, los testimonios de la dicha roja se hacen palpables desde el arribo al parque que sirve de punto de encuentro, donde sobresale la alegría de Cristian Jiménez, un rexixtente total, quien, junto con su familia, es puro optimismo para alcanzar el título. "La bandera que hice con mi hermana Isabel Cristina representa el orgullo de ser del Rojo", dice contento el hincha, mientras carga a su hijo Jerónimo, vestido con una pantaloneta en la que se aprecia el escudo del DIM y el año 1913, ese que como el sol se hizo rojo para la furia escarlata.