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Paréntesis

27 de octubre de 2010

Amar lo que haces es una buena elección que te ayuda a manejar con amor las situaciones exigentes.

No hay nada que no sea más difícil si se hace de mala gana, y todo fluye bien cuando amas.

Por eso te conviene crear espacios de paz, relajarte y serenar la mente y el espíritu.

Sólo cuando estás con Dios y lo sigues puedes manejar tus emociones, amar y ofrecer un buen servicio

Aquel que cuida su alma y su mente evita batallas estériles y, llega el día en el que no da amor, es amor.

Qué bueno que te afanes por ser un ser más paciente y tolerante, más sensible y compasivo.

Ese es el reto de la vida, pero es tentador darle prioridad al tener, al poder y a lo aparente. Por tanto, ve a lo esencial y haz de tu trabajo un servicio y una oportunidad para amarte y amar.