Histórico

Payasos llevan alegría a hospitales y albergues

Con la Caravana de la Alegría, en el barrio Juan XXIII, concluye hoy el séptimo Encuentro de Payasos Hospitalarios La Sonrisa Mágica.

26 de septiembre de 2014

Los payasos hospitalarios se ríen de nada, se ríen de todo, se ríen de la vida, se ríen de la risa en hospitales y albergues y hasta en los barrios de Medellín, para que los tristes, los solitarios, los enfermos dibujen, al menos por un momento, una media luna en su boca y sientan que las cosas pueden ir mejores

Con esa idea se realiza en Medellín la séptima edición del Encuentro La Sonrisa Mágica, de payasos hospitalarios.

De modo que los artistas de la gran nariz roja acuden a hospitales, hogares de ancianos y otros espacios de la ciudad a alegrarles la vida a las personas. Ellos, a diferencia de los otros payasos, los de circo por ejemplo, no esperan que el público vaya hasta ellos sino que ellos van hasta donde está el público.

Seguidores del célebre médico Hunter Doherty "Patch" Adams, más conocido como el doctor de la risa terapia, estos payasos también buscan mejorar a los enfermos o hacerles pasar un rato amable.

"Los llamamos hospitalarios —explica Juan Manuel Múnera, director de Mediclaun, la institución organizadora del certamen—, más por el sentido de hospitalidad que por hospital. Por eso, no solamente vamos a las clínicas, sino a otros lugares donde se recluyen personas que pueden estar enfermas o tristes. Y no solamente a niños, sino también a adultos".

Juan Manuel cuenta que el creador de la risa terapia, Patch Adams, así como acude con su gran bigote blanco y su inmensa nariz roja a hospitales para llevarles su alegría a los pacientes, también va a poblados que viven una situación de posguerra o a comunidades que viven en alto riesgo por los conflictos armados.

Grupos de payasos entran a las habitaciones "sin saber qué podrá pasar". Ellos obtienen previamente de las enfermeras una información general de los pacientes, pero solamente al ingresar se enteran de ese mundo tal vez de angustia, oloroso a alcohol, cuando se hallan con quien lo habita. En esas misiones, además de conversar y de hacer reír a quien sufre directamente, lo hacen con la familia o las personas encargadas de cuidarlas. Ellas padecen de estrés.

El médico de alegría, Luis Guillermo Correal Arango, de la fundación El Ágora, de Envigado, les habló del payaso hospitalario, un ser saludable.

"Con juegos sencillos y diálogos alegres, los pacientes salen de su cotidianidad por un rato y cuando nos vamos, al recordarlo, vuelven a generar endorfinas, sustancias cerebrales importantes para la recuperación".