¡Perros envidiosos!
La recordada frase de Cochise que en Colombia la gente no moría de cáncer sino de envidia, podría aplicarse ahora a... ¡los perros!
Un estudio mostró que los amigos del hombre sienten cierto tipo de envidia, lo que los incluye en el selecto grupo de animales envidiosos, como unas especies de simios, que muestran resentimiento cuando un compañero recibe una recompensa mayor.
Los perros expresan similar discriminación, de manera menos sensible, según un estudio conducido por Friederike Range, de la Universidad de Viena, y colegas, publicado en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.
Los científicos realizaron el experimento para ver si los perros mostraban algún grado de aversión a la iniquidad como reaccionar ante la presencia o no de recompensas. Además, se sabe que muestran alta sensibilidad hacia elementos de la conducta de las personas dirigidos hacia ellos o hacia otros, y cierto entendimiento de las intenciones humanas.
Los investigadores condujeron experimentos con pares de perros domésticos acompañados por sus dueños. Con un perro sentado al lado del otro y su dueño detrás, cada perro fue motivado a poner su pata en la mano del investigador y tras eso se le entregó una recompensa: un pedazo de pan o una salchicha.
Los perros reaccionaron diferente ante una distribución injusta de la recompensa, medida por su reacción cuando el compañero recibió una recompensa por la tarea pero él no. Este resentimiento fue medido por las veces que el investigador tenía que invitarlo a dar la pata o las veces que no rehusaba la invitación.
Eso sí, no parece importarles qué recompensa reciben o si el compañero tuvo que realizar alguna tarea o no antes de recibir la recompensa. Para los científicos la envidia perruna puede ser un precursor evolutivo de emociones más sofisticadas en los primates.
Ya sabe si de pronto le ladran.