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Qué hacer para que no olamos tan maluco

17 de diciembre de 2009

Qué condición la humana: nos creemos tanto y apestamos mucho. Arriba, en la mitad y en el fondo olemos maluco. Y nos gastamos una fortuna para enmascarar los olores. Calcule: bajita la mano, 100.000 pesos mensuales en desodorantes, lociones y ambientadores.

Existen unos 12 compuestos responsables del mal olor, según informe de Clare Wilson en New Scientist . Cada compuesto huele diferente, pero tiene un mismo origen: bacterias.

Nuestro cuerpo está invadido por microbios. Cerca de 100 billones viven con nosotros y en nosotros sin pedir permiso. Tienen el poder de crear malos olores. Descomponen moléculas como proteínas, grasas y carbohidratos en otras pequeñas. Si hay oxígeno, el resultado puede ser dióxido de carbono y agua inodoros. Pero si escasea, las bacterias expelen moléculas que son un insulto al cielo.

Son de mal olor los derivados de la descomposición de las proteínas, como las aminas, que contienen nitrógeno con olor a carne podrida. Contienen también azufre, que generan el ácido sulfhídrico: puro huevo podrido

Las bacterias se dividen en gram positivas y gram negativas. En la halitosis juegan éstas, aunque Nick Sterer demostró en el Journal of Dental Research que las primeras les colaboran en asuntos de olores bucales insoportables.

Mel Rosenberg, investigador israelí, está próximo a sacar un chequeador de alientos bucales, Okay to kiss: usted lo prueba sin que lo vea la persona deseada, si le sale azul, váyase, olvide el beso.

Qué decir de la axila. La mayoría de las glándulas sudoríparas expelen un líquido acuoso, las de la axila una solución lechosa, con lípidos y proteínas. Es alimento de bacterias como Staphylococcus epidermidis, emitiendo volátiles con olor a queso y cebolla. Este olor se combate con aluminio, base de los antiperspirantes, que aplicado bloquea esas glándulas. Hoy trabajan en la beta-ciclodextrina, para atrapar las moléculas.

El otro problema proviene del Departamento del Pie. Allí el sudor es más acuoso que lechoso, pero abundante. El acuoso contiene químicos como glucosa y urea que les gustan a las bacterias. Ahí abundan células muertas de la piel y las bacterias gozan. Los pies marinados en su perspiración almacenada en medias y calzado sólo pueden oler mal. La clásica pecueca. La humedad neutraliza la condición ácida de la piel, haciendo que proliferen las bacterias y coman tanto que producen la queratolisis en hoyuelos, infección de la capa córnea de la piel, que ¡hiede!

La solución hoy es cambiar calzado, usar medias de algodón y poliéster y un producto con base en aluminio.

El otro olor causante de penas, proviene de un punto medio entre axilas y pies. Y aunque no lo crea, en el intestino se divide la población mundial. Están, de acuerdo con el estudioso del tema Glenn Gibson, microbiólogo de la Universidad de Reading, los que sólo huelen y los inflamables, según la bacteria predominante en el intestino.

Ya sabe: si encuentra alguien que huela de más, no lo ofenda. Simplemente, dígale: qué rico en bacterias es usted. O: creo que le falta algo de oxígeno. Y no le dé por clasificarlo.