Recibidores: sorprenda al dar la bienvenida
Son la carta de presentación del hogar. No descuide su decoración. Aquí, algunos consejos de expertos.
Si dicen que la primera impresión es la que cuenta, un lugar al que habría que prestarle mayor atención en el hogar es al recibidor. "Es un abrebocas, un plato de entrada", es lo que le evoca este lugar a la arquitecta de AD Amoblamiento Diseño, Merce Robledo.
Si bien este espacio es una primera señal del estilo que prevalece en el resto de la casa, a Merce le "encanta" que el recibidor, eventualmente, "rompa con lo que hay en ella", apostarle a otro concepto decorativo. Sin embargo, aclara, también es válido buscar que armonice, "que guarde la misma línea".
Para esta zona la arquitecta sugiere un lindo arreglo de flores, mejor con aromas -agrega- para "involucrar todos los sentidos".
Más funcionales
Para el también arquitecto Felipe Aguirre , el recibidor debe tener la identidad de los dueños de casa. "Si les gusta las flores o el arte, tenerlo en este sitio". En su opinión, debe contener un elemento funcional, como un perchero dónde descargar el bolso o la chaqueta al ingresar a la vivienda.
"Que cada vez sean más prácticos y no solo decorativos -dice María Paula Zuluaga , de Pezeta Diseño y Mobiliario- es lo que se busca hoy para este ambiente". De ahí que una solución acertada sea el uso de muebles y entrepaños, que permitan, por ejemplo, almacenar las llaves de la casa o la correspondencia.
Al ser una zona de paso, explica Felipe Aguirre que ésta no necesita una iluminación general muy cuidada, basta con tener una luz que destaque algo específico del espacio: un cuadro, una fotografía, la textura de un material, etc.
Una idea adicional es que las luminarias que se utilicen tengan la posibilidad de atenuarse, es decir, jugar con la luz, a aumentar o disminuir su intensidad, y crear distintos efectos con ella.
Así mismo, agrega el arquitecto, al ser un espacio de transición, un acierto es tratar de que los elementos que se dispongan en él permitan moverse, reubicarse, renovarse. Y así, que cada vez que se abra la puerta del hogar, el recibidor sorprenda.