Retratos que congelan una vida de arte
EL FOTÓGRAFO PABLO Guerrero presenta hoy su libro Personajes, en el que 80 retratos de artistas, que ha capturado con su cámara durante varios años, cuentan una historia de arte y de época.
Desde que tiene 15 años, más o menos, Pablo Guerrero se viste de corbata y saco. Todos los días. Sin embargo, esa primera vez, en la que se hizo clic así mismo, allá en Villa de Leyva, estaba de sport. "Era una autobiografía con una concepción extraña", dice él.
Ese fue el primer retrato que hizo y desde esa vez, "ya sentía impulso por la fotografía". Y después de muchos años y muchas fotos, no lo deja. Ni lo dejará.
Pablo es fotógrafo, de esos que se enamoraron de la imagen, del blanco y negro y, eso sí, de la poesía de capturar el momento. Arte de la fotografía, podría decirse.
Muchos años de hacer clic y de capturar en su lente personajes e historias. Fue así, que un día, mirando en su archivos, se dio cuenta que tenía material suficiente para hacer un libro.
En Fabricato al día, la revista cultural que circuló durante un buen tiempo en la ciudad, Pablo sugirió una separata de arte, en la que él tomaba fotos de las obras y de los personajes. Ahí, por decirlo de alguna manera, lo picó el bicho de hacer retratos. Así que cuando se dejó de hacer la publicación, y ya que "estaba engomado y tenía muchas amistades" siguió capturando los artistas plásticos.
El primero fue Apolinar Restrepo, en 1972. Un retrato clásico, donde el artista le mira directo a la cámara. Por supuesto, en blanco y negro, porque si algo le fascina a Pablo es, precisamente, la ausencia de color y la suma total de éste. "Cuando yo inicié era la tendencia. Además, es poética. No es una reproducción absoluta de la realidad".
Y con el de Apolinar, más otros 79 retratos, unos clásicos, otros con la obra y algunos que incluyen lo que el fotógrafo llama el medio ambiente, se llenan las páginas de Pablo Guerrero, personajes. "El libro es una serie de fotos de personajes de las artes plásticas, la literatura y la música".
Cada hoja tiene uno, sin nada al frente, para que se puedan encontrar los detalles y, además, eso que permite la fotografía: dejar constancia de un momento. Y esta vez en doble sentido, el del artista y el del fotógrafo.
Los retratos fueron escogidos por Pablo. Algunos han recibido menciones y premios de fotografía y otros son inéditos, "no los conocen ni siquiera los artistas".
El libro, que se presenta hoy, a las 6:30 p.m., en el domo de la Cámara de Comercio de Medellín, es entonces un recuento de los artistas plásticos que, como expresa Pablo, en un 98 por ciento son de Antioquia, han vivido aquí y muchos, incluso, que ya han muerto.
Pedro Nel Gómez, Fernando Botero, Aníbal Gil, Horacio Longas, Dora Ramírez, Débora Arango, Ethel Gilmour, Libe de Zulategui. Nombres y caras que se ven a lo largo de las 180 páginas.
Pablo es un enamorado de la fotografía. Se le nota en la voz, cuando se refiere a una imagen o, simplemente, cuando pregunta ¿qué es una foto? "Pintar con luz".
Tal vez por eso su libro muestra una obra fotográfica, reflejo de una época y de la poesía que trae consigo el blanco y el negro. No hay color en las hojas. Solo la sentencia de un clic, que se quedó con el momento de un artista.