Sansón le dio fortaleza a Colcafé
La primera exportación de esta empresa al país asiático fue pagada con camionetas de marca Mitsubishi.
Cuando Colcafé iba a hacer su primera gran exportación al mercado de Japón, don Pedro Nel Jiménez fue el encargado de acompañar la caravana de 10 camiones que llevaría las 50 toneladas de café soluble hasta el puerto de Buenaventura.
La empresa mandó a hacer pancartas, todos los carros eran nuevos y la comitiva estaba citada para salir de la planta a las 5 de la mañana. Pero el conductor de uno de los camiones llegó tarde, por lo que toda la caravana se retrasó y el fotógrafo que habían contratado se fue antes de poder registrar ese acontecimiento histórico.
“Cuando llegamos a La Pintada, hacía media hora había pasado un derrumbe. Entonces, si no nos hubiéramos retrasado, ahí nos hubiéramos quedado”, cuenta Pedro Nel, un jubilado de Colcafé que empezó a laborar en la Fábrica de Chocolates Sansón el 20 de mayo de 1950, exactamente 11 días antes de que pasara a manos de la Nacional de Chocolates.
En ese entonces, Chocolate Sansón también fabricaba y distribuía el café Sello Rojo en una pequeña fábrica ubicada en la carrera Díaz Granados (en el centro de Medellín).
Como primer gerente, Fabio Rico Calle (venía de EPM) fue quien impulsó su crecimiento y consolidación y, luego, fue presidente de la Nacional de Chocolates (Nutresa).
Fabián Valenzuela recuerda esa primera gran exportación a Japón, en 1961, y la revolución que se gestaba en Colcafé con la producción de café instantáneo. En un principio, las ventas en el país marchaban con dificultades y la necesidad de buscar mercados externos era imperiosa.
Julio César Martínez, gerente de Gestión Humana, cuenta que los colombianos no tenían la cultura de tomar café instantáneo, por lo que las ventas al interior del país eran escasas y competían contra una multinacional gigante.
Fue esta situación la que llevó a los directivos de la empresa a buscar nuevos horizontes, y en los estudios que realizaron encontraron que Japón era un gran consumidor de este tipo de café, por lo que la empresa dio sus primeros pasos en comercio exterior mirando a Asia, y no a los mercados naturales de Colombia, como Venezuela, Ecuador y el resto de países vecinos.
Esa relación que hace más de 60 años viene cultivando Colcafé, le ha permitido no solo tener presencia con sus exportaciones en los mercados asiáticos, sino también producir desde esa región con la adquisición del 44 por ciento de Malasia Dan Kaffe.
“Era una lucha con Nestlé, una multinacional que todavía tiene presencia en el mundo entero y en ese entonces era la dueña del mercado de café soluble en Colombia, con su marca Nescafé. Pero entonces Colcafé se atrevió a montar esa planta, a competir en unas condiciones muy difíciles”, cuenta Fabián, que como Pedro Nel, fue testigo de la transformación de la compañía, desde una pequeña empresa artesanal a la mayor productora de café tostado en Colombia, con una participación del 52 por ciento del mercado.
Cuando Fabián llegó a la compañía, el 11 de septiembre de 1961, era el empleado número 50 (hoy suman más de 820) y las únicas máquinas que existían eran dos tostadoras.
“El resto era todo artesanal: echábamos el café con poncheras a unos molinitos parecidos a los que se usan para hacer arepas. Después llenábamos las bolsas con cuchara, las perillábamos, las cerrábamos con colbón y las sosteníamos boca abajo hasta que se secara”.
Después, cuenta Fabián, llegaron máquinas suizas que tenían la capacidad de procesar y empacar hasta 95.000 libras por día. Este hombre, oriundo de Támesis, estuvo durante 40 años y 4 meses al frente del proceso que producía café para despachar a Antioquia, el Viejo Caldas, Valle y Tolima, hasta su jubilación el 31 de diciembre de 2001.
En 1968, Colcafé adquirió la Fábrica Café La Bastilla a su familia fundadora, en cabeza de Hipólito Londoño. Víctor recuerda que La Bastilla era una marca muy reconocida y querida por los paisas, por lo que fue un logro importante sumarla al portafolio de marcas de la empresa, que hoy se compone del café tostado Sello Rojo, La Bastilla, el instantáneo Colcafé y el café de gama alta, Matiz, el más reciente lanzamiento que le apuesta a los amantes del café premium.
Hoy, Colcafé produce más de 7.000 toneladas al año y cuenta con un programa de innovación que da cuenta del 15,2 por ciento de sus ventas. Víctor Vásquez, quien trabajó en la compañía durante 37 años, cuenta cómo fue la creación del departamento de Investigación y Desarrollo (I+D). “Ese avance ha sido muy importante, pues nos permitió afianzarnos en los mercados en los que ya teníamos presencia y llegar a lugares donde no estábamos, y hoy el café que se produce en Colcafé lo toman personas en más de 50 países en cinco continentes”.
Gracias a ese departamento, la firma ha lanzado productos como Capuchino para consumir frío, Sello Rojo Espresso y café helado con sabor frutal, para conquistar a audiencias más jóvenes y mantener viva la bebida con mayor tradición en el país.