Santofimio, el juicio debe seguir
Como respetuosos del Estado Social de Derecho acatamos las decisiones de la justicia. Tal es el caso de la sentencia proferida por el Tribunal Superior de Cundinamarca que revocó la condena de 24 años impuesta en 2007 por el juzgado primero especializado, a Alberto Santofimio Botero, por el homicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrido el 18 de agosto de 1989 durante una manifestación en la plaza pública de Soacha.
Sin embargo, como el fallo no significa que Santofimio sea inocente, tal como lo advierte el mismo Tribunal, consideramos que no puede darse punto final a este doloroso magnicidio que durante 19 largos años ha ensombrecido a Colombia, sin llegar a determinar quiénes fueron sus autores intelectuales y el grado de su responsabilidad. Es una inmensa deuda pendiente, si bien algunos autores materiales ya fueron juzgados y otros murieron en su mismo juego macabro del crimen.
Es imperativo continuar en la búsqueda de la verdad, pero no solo de la verdad legal sino de la histórica. Necesitamos conocer lo ocurrido en esa negra noche del terrible asesinato. Razón por la cual apoyamos la acertada posición de la familia Galán Pachón de interponer el recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia, para que sea esta instancia superior la que finalmente haga la justicia que el país espera.
Es una lástima que los testimonios de John Jairo Velásquez, alias Popeye, y del ex congresista Carlos Oviedo Alfaro, donde sindican a Santofimio como el autor intelectual del asesinato, no cumplan los requisitos legales para ser considerados como plena prueba por el Tribunal de Cundinamarca: "esos testimonios están cimentados en argumentos retóricos, pero no en pruebas objetivamente valoradas con rigor lógico". Lo que motivó a la Alta Institución a ordenar la libertad, ya que de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico, toda duda debe resolverse a favor del acusado.
Ahora queda la gran inquietud de la valoración que hará la Corte Suprema de Justicia de las declaraciones de alias Popeye y de Oviedo Alfaro, en el evento de que conozca de la casación, testimonios que en principio fueron el soporte contundente para que la Fiscalía enviara a prisión al ex ministro Santofimio, y el juez primero especializado lo condenara a 24 años de prisión.
Es imposible negar las estrechas relaciones entre Santofimio y Pablo Escobar Gaviria, evidenciadas en múltiples fotografías, testimonios, videos, reportajes. Pero así la justicia no llegase a emitir un fallo condenatorio, dado el rigor técnico y jurídico que demanda el debido proceso, el juicio histórico debe continuar. Se impone el veredicto moral y ético.