Santos delega ejecución en ministros consejeros
Los analistas dicen que la restructuración de la Presidencia puede invisibilizar al Jefe de Estado.
Los efectos de la restructuración de la Presidencia de la República que anunció Juan Manuel Santos no serán inmediatos, ya que la sola creación del Ministerio de la Presidencia deberá tramitarse en el Congreso.
Sin embargo, Santos en su afán de solucionar problemas estructurales que evidenció en su primer mandato, se la jugó con un grupo de ministros consejeros que tendrán como tarea intervenir en la formulación de las políticas públicas, velar por la ejecución de las prioridades del gobierno y mejorar la comunicación con los ciudadanos. Y eliminó las altas consejerías que tenían a su cargo asuntos como el de la mujer, las negritudes y los partidos.
Santos sustentó estos cambios en que busca una Presidencia "más eficaz, más estratégica y más comunicativa" y destacó que para hacerlos, recibió la asesoría del exprimer ministro inglés Tony Blair.
Ahora, ¿con ello, Santos garantiza en su segundo tiempo la ejecución de grandes proyectos? ¿Le ayudarán los súper ministros a comunicarse con las regiones? ¿Qué pasará con las iniciativas que estaban en manos de las altas consejerías?
Las respuestas que tienen los académicos rondan más por el escepticismo. Por un lado, les preocupa que la figura presidencial se pueda desvanecer con el protagonismo del vicepresidente Germán Vargas Lleras y del ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez, y cuestionan si con la restructuración, Santos lo que hace es pagar favores políticos.
¿Qué hará el presidente?
El analista político, Armando Novoa, recordó que Santos ganó la segunda vuelta con la bandera de alcanzar la paz, "pero no veo que este gabinete envíe ese mensaje. El anuncio de la creación del Ministerio de la Presidencia lo que hará es generar una instancia más en la comunicación del presidente con sus funcionarios. Me gustaría ver más a Santos involucrado en la ejecución de sus políticas".
Indicó que lo que hizo la restructuración fue casi que crear dos vicepresidencias con funciones de seguimiento a la ejecución de las políticas públicas. "La pregunta que hago es: ¿y entonces qué hará el presidente? La mejor comunicación que hay es la ejecución. Santos debe ponerse las botas, sudar la camiseta. Así, los ministros no le van a ver la cara al presidente nunca".
Agregó que mientras se ponen en marcha los nuevos roles, la ejecución de las altas consejerías podría verse congelada, ya que, además, la creación del Ministerio de la Presidencia podría tardar cerca de un año, en su paso por el Congreso.
El constitucionalista Juan Manuel Charry indicó que esta es una decisión de naturaleza administrativa que evidencia que en el Gobierno hacía falta un coordinador de ministerios. "Esta decisión puso en evidencia la necesidad de una restructuración del gobierno. En general, los gobiernos necesitan tener flexibilidad para nombrar ministerios dependiendo de sus planes y de las necesidades que tenga el país".
Juan Carlos Gómez, director del programa de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana, indicó que desde la perspectiva de la comunicación política esta restructuración se lee desde una premisa y es que si un Gobierno no comunica bien, no gobierna bien. "El mismo Santos ha reconocido que el Gobierno no comunica bien y, por ende, concluyo, que no gobierna bien".
A su juicio, en este segundo tiempo y tras el replanteamiento del gabinete trató de saciar la sed de "mermelada de muchos. Pareciera entonces que tratara de ponerle orden a todo el galimatías que hay. Nombra a personas muy cercanas con las que pretende darle estructura a un sistema que él mismo está reconociendo que está desarticulado".