Histórico

Semillas para el barrio Obrero

EN APARTADÓ SE entregó el Jardín Social Alegres Girasoles, una obra que entra a beneficiar a 300 niños, entre 0 y 6 años, de una de las comunidades más pobres del municipio. Con inversión y cobertura la atención está puesta sobre la primera infancia.

07 de agosto de 2010

Los juguetes aún sin estrenar se ven a través de la ventana. Detrás de ella, está Ángela, alzando a Julieth para que pueda observar.

La niña de cuatro años, no es la única curiosa alrededor de la construcción. Acompañados de sus padres varios de los que serán sus estudiantes no ocultan la ansiedad de conocerla.

Esta semana se entregó el Jardín Social Alegres Girasoles a la comunidad del barrio Obrero, con 26 mil habitantes y de las más vulnerables de Apartadó.

Como la de Ángela, las casas cercanas hacen visible la pobreza de la comunidad, y las vías el atraso en este sector del municipio de Urabá.

La estructura de 3.000 metros, que se alza frente a unas de las vías principales dejan ver que, por lo menos en la primera infancia, los ojos sí están puestos.

El jardín, cuya inversión alcanza los 2.300 millones, es uno de los 40 que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha entregado bajo la estrategia de cualificación de la atención a la primera infancia: "la obra suprema" como la llamó Guillermo García, director regional de la institución.

El encanto que ahora tienen sus espacios se duplicará en un mes cuando 300 niños desde los 0 a 6 años lleguen a ocupar todas sus salas.

La de infancia temprana, tiene sillas mecedoras, zona para gateo y sobre las cunas, móviles de coloridos motivos.

Para los más grandes hay desde casas de muñecas, caballitos de madera, vajillas, libros, computadores infantiles e instrumentos musicales.

La minicancha de fútbol y los baños de aprendizaje dejan claro que la construcción, efectuada por Comfamiliar Camacol no descuidó los detalles en una obra que es para niños.

Los hogares comunitarios, en los que hasta ahora han sido atendidos quedan atrás, pero no las profes. "Pasarán del hogar familiar pero sin desligarlos de las madres comunitarias que han sido el soporte de este proyecto" dijo García.

Como Julieth, su profe Gloria Hernández, no ve la hora de estrenar la sede.

Para ella, del hogar comunitario Carrusel 2, es un "alivio" porque la preparación de alimentos correrá por cuenta de otro personal y el tiempo será solo para el trabajo con los niños.

Formadas por el Instituto, el Ministerio de Educación y con una preparación previa de Comfamiliar, en total son 25 madres y 5 jardineras que con apoyo de expertos en pedagogía y didáctica serán las encargadas de atender el jardín, que se suma a otros tres que en Turbo y Currulao atienden a 375 niños.

A los niños hay que favorecerles el desarrollo integral desde ahora, "que son semillas", dijo Alfonso Gallo, director administrativo de Comfamiliar Camacol.