Sin carro y sin SITM

Medellín y su Área Metropolitana viven, por primera vez juntos, su Día sin Carro. Por lo menos, sin buena parte de los vehículos particulares, pues la medida tiene tantas exenciones que termina por restringir la circulación de una parte del parque automotor, lo que genera rechazo, y no permite dimensionar realmente los beneficios y el impacto de la decisión.

Los objetivos de la jornada son loables, pero insuficientes en una región metropolitana con tantos problemas de movilidad y sin una infraestructura eficiente, eficaz y moderna de transporte público masivo. Hoy más que nunca reiteramos la necesidad de tener un Sistema Integrado que brinde alternativas seguras y ambientalmente sostenibles que desincentiven el uso del carro particular o, por lo menos, regulen su uso, no un día del año, sino más organizadamente.

Mientras esas condiciones no se den, todas las iniciativas para ordenar la movilidad de la zona metropolitana serán paños de agua tibia y terminarán desgastándose en medio del rechazo general.

Los cada vez más elevados volúmenes de carros circulando por las grandes ciudades son un reto que debe ser abordado de forma integral, desde la cultura ciudadana, pero, sobre todo, desde la puesta en marcha de sistemas de transporte que hagan costoso e ineficiente el uso del carro particular. Lo demás es ir en contravía de la realidad.