Histórico

Táctica habla por Umaña, el hombre del título

21 de diciembre de 2008

La tranquilidad es tal vez su mejor compañera. Desde hace un par de años, cuando el corazón le hizo una mala jugada mientras dirigía al Deportes Quindío, situación que obligó su reclusión de emergencia en un centro médico, Diego Édison Umaña optó por ver el fútbol de otra manera.

De ser el estratega que frecuentemente se paraba en la raya para repartir instrucciones, pasó a ser el técnico tranquilo que prefiere ver los partidos desde el banco, eso sí, sin perder la oportunidad de mandar algún consejo o alguna indicación táctica con su asistente, Álex Escobar.

Umaña es de los que considera que con el trabajo que se hace en la semana y con la charla táctica que no falta antes de un encuentro, es suficiente para ilustrar a sus jugadores sobre el funcionamiento que se debe tener.

El técnico vallecaucano vive de esa manera el fútbol. Y cuando no está metido en una cancha, prefiere seguir "prendido" detrás de un balón, viendo los numerosos partidos que pasan los canales internacionales.

Claro que ese lujo se lo puede dar siempre y cuando su pequeño Giampaolo, de apenas ocho meses de nacido, no le cope su tiempo. Y es que el pequeño, fruto de la unión con Lucero, ha sido su mejor jugada.

Dicen quienes frecuentan mucho al estratega escarlata, que cuando Umaña se dedica a jugar con Giampaolo no hay quién lo pare. El técnico entiende que esos pocos momentos que le deja el fútbol son valiosísimos para darle cariño y amor a su pequeño heredero.

Otra de las aficiones del orientador americano es la música. En casa no puede faltar la salsa. Y si es de Gilberto Santarrosa, por ejemplo, mucho mejor, aunque su repertorio es variado porque su gusto va desde los salseros de la vieja guardia hasta los que suenan hoy en día por todos lados.

Así es Diego Umaña, el técnico que disfruta de su primer título de campeón colombiano; el padre de Giampaolo, el hombre que se sigue trazando metas importantes, pero el que muere y vibra por el fútbol, su gran pasión. Tal vez el orientador más callado del fútbol colombiano. Ese que piensa que es mejor hablar con la táctica que con las palabras.

El socio Álex
Entre los hinchas del América todavía están frescas las maniobras y los pases milimétricos que lo encumbraron al sitial de ídolo. Incluso, llegaron a llamarlo El Pibe del barrio Obrero.

Dos años después de su retiro de la actividad y tras dos décadas de notable desempeño deportivo, Álex Escobar tuvo la posibilidad de compartir el banco rojo con Diego Umaña, a quien aparte de gran amigo lo considera su maestro en el aprendizaje de los aspectos tácticos.

Dicen quienes conocen a esta dupla exitosa, que Umaña escucha, y con mucha atención, las recomendaciones que llegan del ex talentoso creativo. A Álex le gusta que el conjunto toque la pelota, como sabiamente él lo hacía, pero que también sea frontal, conjugue velocidad y defina en el pórtico contrario.