Histórico

"Un padre ejemplar": Juan Manuel Galán

16 de agosto de 2014

Mi padre es mi motivo de orgullo. No tengo nada que reprocharle como hijo. Fue un ser afectuoso, dedicado. Un hombre entregado al país y a su familia.

Hoy lo recuerdo a través de la gente. Todos los días hay una persona en la calle, en la tienda, en mi trabajo, que me habla de él, que recuerda algo de su vida, que dice tener una foto o una anécdota con mi papá, que se acuerda en qué lugar estaba cuando fue asesinado. Todo, me lo recuerda.

Mi papá era un hombre obsesivo y apasionado con los temas, no descansaba hasta que agotaba cada uno de sus detalles. Así, se dedicó al tema de la llegada del hombre a la Luna o de los ciclistas en los años 80 que triunfaron en Europa en la vuelta a España y en el Tour de Francia; él seguía las carreras por televisión e incluso una vez fue a recibirlos a Francia en el pódium, cuando triunfaron. Era muy apasionado con el deporte. Fue futbolista, maratonista y también montaba en bicicleta. Hincha fiel de Millonarios y del Bucaramanga.

Durante nuestra crianza, sospecho que mi papá se sentía culpable en cierta forma. Tenía el mismo complejo de culpa que tenemos los políticos con la familia, porque él en esa época, más que ahora, vivía todo el tiempo en campaña. Con el agravante que no había twitter, internet, celular y las campañas eran durísimas y larguísimas.

Cuando yo estaba pequeño, mi papá se recorrió Colombia varias veces y por eso sus ausencias eran muy prolongadas. Obviamente, cada vez que podía estaba pendiente de nosotros, nos acompañaba a recoger las notas en el colegio o nos revisaba los cuadernos de vez en cuando. Como lo dije antes, vivía mortificado por no tener el tiempo que hubiera querido dedicarnos y estar pendientes de nuestras cosas.

De mi crianza también recuerdo que a mi papá le gustaba recitarnos sus frases para que se nos quedaran para toda la vida. Nos hablaba mucho de la educación internacional, que el sueño de él era que nosotros estudiáramos en el exterior, y al mismo tiempo, que fuéramos a un colegio donde estuvieran todas las clases sociales, que no fuera un colegio de clase social alta y por eso escogió un colegio público y de clase media. Él buscaba darnos lecciones a través de ese tipo de cosas. Nos hablaba mucho de la lectura, nos insistía en aprender a hablar inglés, en aprender historia, vivía pendiente en que nos fuera bien en las clases y que leyéramos.

Ah, claro, cuando mi papá se enojaba, ¡se enojaba…. Y lo hacía cuando peleábamos entre los hermanos, eso lo sacaba de quicio y nos regañaba duro, muy duro. Nos regañaba tal cual como si estuviera en la plaza pública en los discursos, entonces, una cosa es que él le hablara a 10.000 personas así y otra cosa es que le hablara a uno directamente. Pero bueno, mi papá se ponía bravo con nosotros muy de vez en cuando. Realmente todos los recuerdos con mi papá son positivos. Nunca vi a mi papá haciendo cosas indebidas, para mí fue siempre un papá incuestionable, siempre afectuoso.