Un título que enciende la esperanza

Tuvieron que pasar once años para que los colores amarillo, azul y rojo se pusieran de moda otra vez en territorio francés.

Guiados en la cancha por un chico grande y ganador como James Rodríguez, y orientados desde el banco por Eduardo Lara, la Selección de Colombia logró ayer su tercer título en el Festival Esperanzas de Toulon.

Y para que no quedaran dudas de sus progresos en la categoría sub20 e ilusionar al país con el próximo Mundial de la categoría lo hizo de manera invicta, igualó en la final 1-1 con el anfitrión y se lució en los lanzamientos desde los doce pasos al ganar 3-1 gracias la destacada actuación de su portero Cristian Bonilla.

Con esta victoria Colombia ajustó tres títulos en territorio galo, donde ya había ganado en 1999 con Luis Fernando Suárez y en 2000 bajo la orientación de Reinaldo Rueda, quien en esa ocasión tuvo de asistente a Lara.

De atrás hacia adelante
Como era de esperarse, la de la iniciativa en los primeros minutos fue Francia y ello le significó la apertura del marcador con un cabezazo de Joseph Monrose (51') en la única desconcentración de la defensa suramericana.

Conscientes del talento colectivo e individual que les sobraba en la cancha, los colombianos reaccionaron y luego de estrellar un balón en el horizontal y meter al rival en sus predios, consiguieron la igualdad. Fue a los 74 minutos también de cabeza con Duván Zapata en un cobro de esquina ejecutado por James.

Luego llegó la lotería de los penaltis y ahí casi que fue impecable el combinado patrio. Bonilla atajó el primer y segundo lanzamientos y esto motivó de tal manera a sus compañeros que James, Jeison Murillo y Yerson Candelo anotaron para hacer olvidar la pifia de Pedro Franco y poner a celebrar otra vez a Colombia en el fútbol internacional.

Y lo mejor dejó un grupo con la moral en alto y muy motivado para afrontar el Mundial juvenil a partir del 30 de julio cuando en Bogotá debute frente a Francia, el seleccionado al que derrotó ayer. En el Mundial será otra revancha muy diferente ya que en Toulon, los bleus no contaron con la gran mayoría de sus titulares mundialistas.