Una década sin la genialidad de Jaime Garzón
El próximo 13 de agosto, a las 5:45 a.m., se cumplen 10 años del asesinato de un genio que tomó forma de hombre. Esa mañana de aquel viernes, Antonio Morales, quien fuera el guionista y director periodístico de Quac, parodia semanal de un noticiero en el año 1999, dormía en su casa cuando lo llamaron y le dijeron: "Antes de que te lo pilles en la radio, mataron a Jaime".
En otro punto de la ciudad, Marisol Garzón, hermana de Jaime, se alistaba para salir. Prendió la radio, pero prefirió apagarlo después de que dijeran que viernes trece era de mal agüero. Luego el teléfono timbró y el dolor la nubló.
En los pasillos de una universidad capitalina, un estudiante bogotano escuchó desde su walkman la noticia, se trataba de Germán Izquierdo. Para recordarlo, Colprensa habló con estos tres personajes que recuerdan al amigo, hermano y genio impertinente.
Lo mataron por serio
"A Jaime no lo mataron por chistoso, sino por serio", dice Morales.
Si Jaime Garzón estuviera vivo, ¿Qué estaría haciendo ahora?
"Estaría muerto. Siempre fue inconveniente para dirigentes políticos de este país, además porque seguiría metiéndose en problemas de Acuerdo Humanitario. Estaba condenado por razones de su propia manera de ser, no tenía pelos en la lengua, era un jetón".
¿Qué perdió el país tras su asesinato?
"El humor político. El problema de estos 10 años de ausencia de Jaime es que desde entonces no existe una disposición a hacer humor político y de opinión, por lo menos en televisión".
De cierta forma él confiaba en que no lo matarían. ¿Por qué?
"Creía que por ser Jaime Garzón, el bufón de la corte colombiana era intocable, pero este es un país tan tremendo que su corte se arroga el derecho de matar al bufón".
Su hermano del alma
Pronta a lanzar su libro, Jaime mi hermano del alma , Marisol Garzón lo define como un 'berriondo volado'.
¿Cómo han sido estos diez años?
"Muy duros. Era un gran hermano, precioso, sobreprotector, siempre me llevó de la mano. Fue muy conciliador, aunque nunca fue serio, hablar con él en serio era espantoso".
¿Qué consejos recuerda de Jaime?
"Decía 'Lea pa' que hablemos', a veces me sacaba la piedra. Con él uno no podía ponerse a hablar 'carajadas'. Ah, y que no me tomara la vida tan en serio. La vida de Jaime era como chiste".
¿Qué le molestaba?
"Que la gente lo tomara como un show de humor. No era humorista ni periodista, se valía del humor para hacer crítica y decir lo que creía. Uno de sus dichos era: "Joven periodista, hágase bachiller", por ofenderlos".
Jaime era un pop star
Aunque nunca vio a Jaime Garzón, el joven periodista y escritor Germán Izquierdo lo conoce mejor que muchos, tras una ardua investigación que lo llevó a escribir su primer libro, titulado Jaime Garzón: el genial impertinente.
¿Qué descubrió luego de la investigación?
"Que Garzón tenía una tendencia a ser mártir, le gustaba el reconocimiento, soñaba con ser una especie de prócer del Siglo XX".
Usted estudió la relación Jaime vs. autoridad ¿Por qué?
"Odiaba y se burlaba de todo tipo de autoridad, cambiaba cuando se sentía amarrado. Por eso no aceptaba escoltas, hizo lo que se le dio la gana y fue un hombre muy generoso. Era como una mariposa que iba y volvía.
¿Qué de todo fue Jaime Garzón?
"Para mí fue un humorista y genio. Sobretodo con Heriberto de la Calle, porque no había libreto. Llegó a ser tan importante que quien no se lustrara con él, estaba fuera de la arena política del país".