Histórico

UNA INMERSIÓN EN LA NATURALEZA

06 de julio de 2012

A mí nunca me habían rogado tanto. Es verdad. Desde hace unos doce años me habían invitado a conocer Panaca. Los nietos hicieron el milagro y estuve allí el fin de semana pasado.

Panaca, Parque Nacional Agropecuario, no nació como un proyecto con prefactibilidad y factibilidad, con estudios de mercado y planeación estratégica. No. Panaca fue el sueño en una hamaca.

Pues sí. En Barú, Jorge Ballén y su mujer empezaron a soñar en qué hacer en esa tierra cerca a Quimbaya en el Quindío.

Fue solo una idea, un impulso, un sueño y se lanzaron al ruedo. Eso sí, con una idea? que fuera un contacto con la naturaleza y una interacción con los animales nuestros.

Yo les confieso que tenía perecita. No me gustan los parques que son remedos mal hechos de lo que uno ve por fuera. ¿un Sea World subdesarrollado? ¿Un zoológico disfrazado? ¿Una montañerada local y localista?

Pues señores? me quito el sombrero. El primer impacto es la belleza natural... los árboles... las plantas... los caminos? usted no tiene alternativa... está inmerso en una naturaleza exuberante? bien tratada? bien tenida.

El segundo impacto? son las instalaciones? todo concuerda con el entorno? no hay extravagancias? es lo natural dentro de lo natural. Dígase lo mismo de la manera como se tiene a los animales que usted podrá apreciar.

¿Por qué, si nosotros estamos acostumbrados al contacto con caballos, cerdos, perros, gallinas, palomas... tenemos allá esa sensación inigualable de compartir con la naturaleza? Porque el gozo y la dicha que usted ve en todo visitante son contagiosos.

La experiencia de alimentar los cerditos, o los chivos, o las cabritas? o de ordeñar una vaca o una cabra y poder tomarse ese vaso de leche con una panelita o el ver a un niño acariciando entre su pecho un conejito o montando en un pony (en el primer "carrusel" en vivo que he visto)? todo eso hace que todos los sentidos estén excitados.

¿Y si eso pasa con quienes estamos relativamente acostumbrados, qué será con un extranjero que nunca ha tocado una vaca? ¿O que no ha montado a caballo? ¿O que no ha experimentado la suavidad de un pelo de conejo?

En fin, son tantas emociones, tantas sensaciones? sobre todo para quienes tenemos la dicha de saborear el postre de la vida que son los nietos, que es necesario vivir la experiencia Panaca para entender lo que les narro.

Y lo que reconcilia a uno con este país tan convulsionado, tan estremecido por tantas violencias, escándalos, corrupciones? es constatar que hay gente que sigue teniendo entusiasmo, fe, emociones para emprender este tipo de proyectos. Panaca no es otra cosa que un sueño hecho realidad para sumergirnos en la naturaleza.