"Uno no puede autocensurarse por intimidaciones": Luis Agustín González
Con alivio y un listado largo de agradecimientos a periodistas y a medios de comunicación, recibió Luis Agustín González la noticia de que la Corte Suprema de Justicia revocó la condena que había sido proferida en su contra por emitir su opinión en una editorial de su periódico “Cundinamarca Democrática”.
El proceso judicial contra el comunicador empezó luego de que en diciembre de 2008, en una editorial, cuestionara la entonces candidatura de la exgobernadora y líder política de Cundinamarca Leonor Serrano de Camargo quien aspiraba al Congreso.
El periodista fue condenado a 20 meses de prisión en primera instancia (2011) por los delitos de injuria y calumnia, pena que fue rebajada a 18 meses en febrero de 2012 por el Tribunal que solo confirmó el fallo por el delito de injuria. El próximo martes la Corte Suprema dará a conocer las razones que llevaron a absolver a González.
Finalmente termina este largo proceso judicial con una decisión absolutoria, ¿cómo recibe el fallo?
Como un acto de justicia a favor de la libertad de prensa y opinión, con ello el periodismo Nacional y Regional podrá ejercer sin mordazas su labor reguladora de las acciones de los servidores públicos.
Usted fue denunciado por escribir una columna de opinión, ¿cómo se puede describir esto?
Duro, muy duro…la incertidumbre frente al manejo del poder económico sobre la libertad de prensa. Lógico que eso trajo un duro trasegar en el proceso pero gracias a la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) que llegó oportunamente, pues nos hizo más ligera la carga.
Si las cosas no se hubieran trabajado como se hicieron con la FLIP, que fue mi ángel de la guarda y el doctor Pedro Vacca, gracias a él y a Claudia Rojas y a Andrés Morales, sin ellos la situación hubiera sido muy difícil.
¿Tenía previsto ser absuelto?
Sí, existió la incertidumbre de los comunicadores frente al fallo que se pudiese presentar en un momento por la Corte como ya venía condenado de manera aparentemente arbitraria en el juzgado de Fusagasugá y el Tribunal me había dejado el delito de injuria, eso podría haber sentado un precedente negativo. Pero afortunadamente, como los medios lo han dicho, la Corte ha fallado en derecho y a favor de la libertad de opinión.
La Corte falló a su favor, creando un precedente que protege a los periodistas. ¿Pensó en algún momento que la Corte le confirmara la condena?
No. La FLIP me puso como abogado al doctor Guillermo Puyana como casacionista. En audiencia escuché los argumentos del Fiscal donde pidió que no se tuvieran en cuenta las pretensiones de la parte demandante y la Procuraduría también hizo un informe detallado sobre lo que yo dije y señaló que utilizar palabras como “politiquera” y “gamonal” no era injuria. Creo que agregó que los servidores públicos están sometidos a que en un momento se den conceptos de ellos irritantes.
Esto empezó en 2008 cuando la exgobernadora Leonor Serrano lo denunció, ¿cómo ha sido la interacción con ella?
Con ella no hemos tenido ningún inconveniente personal. No existe ninguna amistad con esta señora después de semejante asunto, pero las relaciones en el proceso fueron buenas, ha habido respeto mutuo.
¿La denuncia afectó la intención de escribir sobre Serrano de Camargo?
No. Uno no puede autocensurarse porque en un momento lo traten de intimidar de cualquier parte, uno no puede dejar de seguir la labor periodística y más la libertad de opinión por temor. En el caso mío lo que pasa es que hay mucho periodista arrodillado que de pronto no viven las situaciones con la frente en alto sino con las rodilleras.
La FLIP ha evidenciado, y su caso es una muestra, que se ha incrementado el uso de la denuncia penal o la amenaza de denuncia como un método de censura…
Es una manera de crear autocensura, la intimidación judicial, el acoso. Pero igualmente en esto se debe dar la pelea hasta el final para ver a donde se llega porque ante la comunidad internacional y la Oficina Relatora para la Libertad de Expresión, sería vergonzoso que un país condenara a un periodista porque opina y más del ejercicio público de un funcionario.
¿Hay límites en la libertad de opinión?
El límite que se debe imponer el comunicador y más en las columnas de opinión es no traspasar de la vida pública a la vida privada de los funcionarios, pero el servidor público está expuesto a los señalamientos y a la censura por parte de los medios.
¿Eso ha cambiado con las redes sociales?
Yo diferencio mucho la cuestión de la prensa escrita porque llega más a la comunidad que las mismas redes sociales, porque en el campo y en los barrios muchas veces la ciudadanía no tiene acceso a eso, en el caso de las provincias. Los medios escritos han causado tal conmoción en el caso de la columna que yo escribí, causó tal revuelo que la señora me denunció.
¿Qué efecto hubiera tenido en el periodismo regional que la Corte confirmara la condena?
El problema es que hubiera sentado un precedente que se pudiese utilizar en cualquier estamento judicial contra cualquier periodista a nivel nacional porque era una jurisprudencia que se sentaba en contra de la libertad de opinión. Perjudicaba a los periodistas de las grandes ciudades y de las pequeñas regiones.
¿Hay autocensura en Cundinamarca?
El periodismo que se ejerce muchas veces en las provincias es el lambiscón a la clase política de turno. Nosotros, en “Cundinamarca Democrática” trabajamos con las administraciones pero no nos autocensuramos con pautas o por conveniencias personales con los administradores del municipio o de la región. Para nosotros la pauta no es sinónimo de mordaza.
Usted tuvo la idea de fundar “Cundinamarca Democrática” en 1995, la primera edición salió en 2001. ¿Tienen pauta departamental? ¿El proceso la afectó?
Le pautamos al municipio pero tenemos totalmente claro que eso no implica que perdamos nuestro horizonte de informar a la comunidad y de denunciar en el momento oportuno. Y la denuncia no, nos afectó. Pese a que las personas que me demandaron enviaron cartas a todos los clientes del periódico tratando que no pautara más, realmente eso no surtió ningún efecto gracias a Dios.
Ósea, hubo un respaldo de la comunidad….
De la comunidad sí pero no por el comercio porque en Fusagasugá es difícil. Al comercio poco le interesa la pauta en la prensa escrita y nos toca rebuscarla. Si las pautas oficiales las recibimos es porque “Cundinamarca Democrática” es una empresa que tiene que vivir de las pautas porque es un servicio que prestamos, no es un favor que nos hacen.
¿Es difícil hacer periodismo en Fusagasugá?
Pues no porque cuando uno tiene claros los horizontes frente a lo que está haciendo, no es difícil. Lo difícil se da cuando las personas les dan miedo decir algo para que no los miren mal o no los señalen. Es un pueblo pequeño pero las administraciones locales saben que no tragamos entero.
¿Descansó?
Sí, ya con la información que dieron los medios porque la certeza vendrá cuando el martes lean la sentencia.