Valores con acento infantil
En este mes de los niños les dimos la palabra para que fueran ellos los que mencionaran cuáles son esos valores que tienen presentes. Mencionan la verdad, la alegría y no morder a otros.
Amor, alegría y compañerismo, son los valores que más resaltan los pequeños. Ellos disfrutan la vida sin compromisos, sin preocupaciones y mucho menos sin maldad.
Parecen esponjas: absorben todo lo que ven y escuchan. Son increíbles, cuando uno menos se lo imagina dicen o hacen algo que deja asombrado a todo aquel que está a su alrededor.
Y no es para menos, pues se encuentran en una etapa esencial, en la que el aprendizaje y los valores hacen parte de un asunto vital.
"Los valores de la amistad, el respeto y el amor me los enseñan en mi casa y en el jardín. De estos, me gusta mucho la amistad porque con ella todos los compañeritos podemos compartir", opina la niña María Alejandra Arroyave, mientras deja ver sus dientes con gran sonrisa.
El núcleo social
La familia juega un papel fundamental, donde los padres se convierten en guías, consejeros pero ante todo en amigos. Éstos deben estar pendientes de las necesidades de sus hijos, pero principalmente de su aprendizaje, ya que todo lo que conozcan en su infancia se reflejará en la adolescencia y con mayor razón cuando alcancen la mayoría de edad.
"El ejemplo y las costumbres que se brindan en el hogar son fundamentales para el adecuado desarrollo de los niños. Por eso, lo que se viva a diario es lo que ellos van a ver y posteriormente a aprender", explica Liliana Mejía Acosta, psicóloga.
Los valores son claves
En el proceso de crecimiento, los valores y una correcta educación son la base para formar al niño y la estrategia para definir la personalidad del futuro adulto.
"Los valores se enseñan en la medida que los padres de familia los tengan claros. No se puede pensar que un papá pueda educar a sus hijos en valores, cuando él en su formación tuvo una falencia con respecto a ellos", dice Liliana Mejía Acosta.
Hay que tener en cuenta que los niños aprenden cuando son guiados y de acuerdo con un modelo, en la mayoría de los casos el de sus padres y hermanos, si los hay. Por ello, si se desea infundir una formación fuerte en valores, estos se deben vivir en la cotidianidad.
Los niños son impulsivos
"Me han enseñado a decir la verdad, a cuidar la naturaleza, a tener amigos de otros países, con otro idioma y con el pelo largo o cortico. Hay que respetar al mundo y a las personas o sino éste se llenará de maldad", dice José Manuel Hurtado Mejía, un niño con mucho valor para hablar.
Por naturaleza, los pequeños se caracterizan por actuar a través de impulsos, muchas veces, guiados por aprendizajes externos. Pero cuando el niño comparte e interactúa con el padre, es la actitud de éste la que le muestra al niño sí está o no equivocado.
"Cuando los padres son el apoyo y la guía de los niños, ellos adquieren la confianza suficiente para lograr su aprendizaje. Lo que les permite que cuando se equivoquen lo puedan volver a intentar", resalta la experta.
Los padres deben emitirle mensajes y ejemplos positivos a sus hijos, esto los educa en valores, lo que se verá reflejado en el comportamiento que tengan con sus compañeros de clase y el resto de su grupo social.
Por otro lado, es importante resaltar el deber que tienen las instituciones educativas y los medios de comunicación a la hora de llevarle información a los niños. Éstos juegan un papel fundamental en la formación y educación de los pequeños, por ello, los padres deben estar atentos y evitar aquella información que pueda afectar su educación.