Venezuela, una campaña de agravios
El 14 de abril se definirá en las urnas el futuro del país. Hoy los candidatos inician sus campañas.
Delinear en los ocho días que restan de campaña una visión clara del futuro de Venezuela sin Hugo Chávez, es el reto más urgente para Nicolás Maduro y Henrique Capriles, en su intento por ganar en las urnas la presidencia de ese país.
Lograrlo no será fácil. Analistas consideran que aunque ambos candidatos ya han recorrido medio país en una campaña extraoficial, el afán de pintar una imagen de sí mismos y de su rival usando tonos cada vez más agresivos, ha desplazado las propuestas.
Shannon O’Neil, experta en estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, asegura que Maduro se ha gastado" la enorme burocracia estatal y la prensa para presentarse como una figura muy allegada a Chávez. "El candidato oficialista cuenta además con el apoyo de los gobernadores de 20 de los 23 estados del país. Ellos Van a hacer todo lo posible para que Maduro sea elegido", destacó.
El gran objetivo de Maduro, entonces, ha sido mantener vivo el sentimiento hacia Chávez, advirtiendo, además, que los programas sociales que creó su mentor y que benefician a los pobres están en peligro. Un portal que lleva la cuenta de las veces que Maduro menciona a Chávez dice que lo ha hecho casi 5.000 veces entre el 5 y el 27 de marzo.
"Maduro no es Chávez", dijo a AP Andrés Izarra, exministro de información de Chávez y quien colabora con la campaña de Maduro. "Maduro es su hijo. Es la persona que según Chávez enarbolará su bandera y seguirá adelante con su legado. Eso es lo que le va a dar la victoria".
El oficialista adoptó el lenguaje belicoso de Chávez y reitera sus críticas a lo que el finado mandatario describía como sus "enemigos históricos", los "imperialistas".
Capriles, por su parte, apenas si ha tenido tiempo de descansar luego de perder una reñida contienda electoral con Chávez en octubre, en la que recibió el 45 por ciento de los votos, y de la campaña en que fue reelegido gobernador del estado de Miranda en diciembre.
En actos emotivos, que por momentos parecen conciertos de rock, Capriles grita que "Maduro no es Chávez" y hace hincapié en los altos índices de delincuencia, la sobrevaluación de la divisa, la dependencia de alimentos importados y una inflación del 22 por ciento, la más alta de América Latina.
Una consulta reciente de la encuestadora independiente Datanalisis indicó que Maduro aventaja a Capriles por un margen de 49 por ciento a 35 por ciento. La consulta, en la que participaron 800 votantes entre el 11 y el 13 de marzo, tiene un margen de error de 3,4 puntos de porcentaje.
Esto tal vez explique por qué Capriles, quien es diez años menor que Maduro, se ha mostrado más agresivo en la recta final de la campaña. Acusó a Maduro de explotar descaradamente el legado de Chávez y ridiculizó a su rival, exlíder sindical de gran contextura física, al que describió como un "toripollo" (tonto grande), incapaz de resolver problemas.
Mariana Bacalao, analista política de la Universidad Central de Venezuela, dijo que el escaso tiempo de campaña obliga a los dos candidatos a subir el tono de sus comentarios para sacar el máximo provecho en cada presentación.