Histórico

Y La Chuscala se volvió un río

UN total de 21 personas y tres casas afectadas es el saldo del paso feroz de esta quebrada por el barrio María, en Copacabana.

01 de agosto de 2011

El video más visto ayer en el barrio María de Copacabana era uno que mostraba a la quebrada La Chuscala feroz y pantanosa. Alrededor de las cámaras caseras se formaron rondas de vecinos que al revivir el momento no dejaron de repetir que el agua así de brava es un peligro.

Y no fue que el domingo al finalizar la tarde estuviera lloviendo tan fuerte, recuerdan; pero la quebrada se les desbordó a la altura de la cancha y, en un dos por tres, derribó la malla, inundó el campo volviéndolo un ancho río y siguió su curso por una pequeña calle en la que vivían 21 personas.

No hubo heridos gracias a que la alerta se corrió rápido entre los habitantes y lograron salir de las casas: una de ellas se vino abajo y otras dos quedaron averiadas.

Alberto García fue el más afectado. Él y su esposa se preocuparon por sacar a sus tres niños, pero no les quedó nada, ni vivienda, ni enseres, ni ropa. Este ayudante de construcción hizo el inventario de los electrodomésticos perdidos. Se le salvó, quizá, un televisor y una sanduchera que, según unos primeros análisis, al lavarse podrían volver a funcionar.

Su familia y las otras cuatro afectadas tienen como hogar provisional la sede comunal, que la Alcaldía les adecuó con la ayuda de la comunidad, que también se sumó con mercados y ropa.

Linda Moreno, presidenta de la junta de acción comunal, resaltó la solidaridad de la gente y la llegada de funcionarios de diferentes entidades municipales para brindarles atención médica, social y sicológica.

"Llevo más de 40 años viviendo por aquí y nunca me había tocado ver que la quebrada se metiera tan horrible", contó Gladys Baena que se acercó al lugar para colaborar con el almuerzo.

Labores de limpieza
En la mañana de ayer, algunos afectados acudieron al lugar para ver qué se podía recuperar, pero Luis Aristizábal, que tenía allí una carpintería, no tuvo más remedio que arrumar los muebles empantanados y guardar una que otra pieza de las máquinas. "Será mejor ni pensar cuánto se perdió. Si se pone uno a sumar no termina".

Diego Echeverry Hincapié, alcalde de Copacabana, afirmó que las construcciones eran precarias. Además de la asistencia humanitaria inicial que se les brinda con albergue, alimento y asistencia social, les subsidiarán un arriendo por tres meses, prorrogables a otros tres.

La idea es que apliquen para un proyecto de vivienda de interés social, para el que esperan el apoyo nacional, para atender a los damnificados de la ola invernal que este año ya van en 200.

Esta semana se adelantarán labores de limpieza, que incluyen las zonas altas de la quebrada para evitar nuevos deslizamientos u obstrucciones por material vegetal.

"A nosotros nos quedó en pie la casa, pero con grietas, y eso así ya nos da miedo", expresó Viviana García.

En el segundo piso de la sede comunal guardan las ayudas. Linda Moreno, que las clasificó para comenzarlas a entregar, rememoró que durante una hora, más o menos, oyeron cómo crujía La Chuscala. "Y solo mirábamos, porque ante la fuerza de la naturaleza, ¿qué más hace uno?"