¿Y la protección de los niños?

Da tristeza que el exceso de rigor técnico prime sobre los derechos fundamentales de los niños y adolescentes. No de otra manera entendemos la sentencia de la Corte Constitucional que declaró inexequible el referendo de cadena perpetua contra los violadores de los menores. Si la Alta Corporación tiene como una de sus funciones fundamentales garantizar a sus nacionales el cumplimiento de los derechos fundamentales, es incomprensible que no se pueda proteger a los menores en su vida y dignidad, a través de una legislación excepcional que sancione con severidad a quien atente contra su integridad física, moral y sicológica. Nos negamos a aceptar que la falta de unos requisitos de forma en el referendo pueda pesar más que el interés superior de los niños. Además, con las actuales normas blandas y la campante impunidad se hace imposible, tanto para el Estado como para la sociedad, brindarles la seguridad que se merecen. ¿Dónde quedaron entonces los derechos de los niños?