Histórico

Yo me llamo Amparo Grisales

19 de septiembre de 2011

El sol traspasaba mi peluca y tostaba mi calva y mi paciencia. Por horas, en la parte final de una interminable fila, estaba yo, con un vestuario, que más que una diva, me hacía lucir cual travesti pobre y feo.

Sudaba sin saber si era por el calor o por los tallones del brasier prestado. A mi lado estaban nerviosos: Héctor Lavoe, Ricardo Arjona, Helenita Vargas y Michael Jackson. Mientras los participantes le dábamos gracias a la Comisión Nacional de Televisión por dejarse enredar de los canales privados y no permitir que entre más competencia, recogíamos firmas para pedirle a Caracol que metiera otra docena de telenovelas y realities. Los colombianos varados de la fila estamos dispuestos a sacrificar nuestras películas favoritas domingueras de Jackie Chan y Eddie Murphy, con tal de poder ver más instructivos realities.

Escoger una artista para imitar fue para mí tarea fácil. Como quería llegar a la final y para que me sobrara repertorio, necesitaba representar a una cantante consagrada y que tuviera muchas melodías conocidas.

Me dije: ¿Quién más, sino Amparo Grisales? Ella sí que tiene éxitos musicales. ¿Quién no se sabe la letra de las canciones de esta extraordinaria artista? ¿Quién no se ha emborrachado cantando esa linda canción de Amparito llamada "En la oscuridad"? ¿A quién no le han ofrecido en un semáforo un CD pirata de "Seducción", hermoso disco de Amparito, que batió récords mundiales de ventas?

Cuando me puse el disfraz noté que todo era perfecto con excepción de las arrugas, las manchas y las cicatrices de mi cara. En eso no me parecía a Amparito. De inmediato conversé con los asesores no filósofos de la campaña de Luis Pérez, único colombiano con experiencia en temas de imagen y etiqueta. De inmediato, en la sede de la campaña, sin leer, firmé una planilla, recibí el curso de cómo votar y me regalaron un kit de belleza que incluía una camiseta amarilla.

Luego de dos días de fila, antes de entrar a cantar, me recibió un actor venezolano, muy lindo por cierto, quien me informó que le tocó hacer el oso presentando tremendo hueso de programa, luego de que Chávez lo dejó varado y sin trabajo, pues su mordaza a los dueños de los canales acabó con la industria de las telenovelas en Venezuela. Al entrar al escenario encontré a mi "diva" Amparito Grisales, quien me informó que los otros jurados habían renunciado, porque extrañamente no se aguantaron su maravillosa personalidad.

Para remediar la situación, Amparito me confirmó que habían nombrado, como nuevos jurados y por recomendación suya, a los dos personajes que más la quieren: Juan Manuel Santos y Ernesto Samper.

Con el primero, ella asegura que chatea y él la llama cariñosamente "Gatica".

Samper en cambio es más dulce, le dice "Amparito", y en su última visita a Chávez lo amenazó con declararle la guerra si insiste en llevársela para Venezuela. Samper se niega a dejarla ir, pues necesita que Amparito le suministre su milagroso producto Revertrex, única pócima que puede renovar, activar, dar flexibilidad, equilibrio y vitalidad al Partido Liberal, ahora que Samper quiere refundarlo para evitar resucitarlo.

Luego de cantar, terminé mi show tremendamente excitada, y Santos y Samper, secos de la risa, al tiempo me dijeron: "Para mí, eres Amparo Grisales: Igual que ella, tampoco tienes idea de cantar, pero ambos creen que lo hacen hermoso".