El cuero para evitar desperdicio
La relación de los humanos con el cuero data de miles de años, pues su supervivencia y evolución dependieron en gran medida de la protección que estas les brindaban frente a los elementos. La caza les proporcionó un doble aprovechamiento: la carne para el alimento y las pieles para cubrirse del frío.
A pesar de que con el pasar del tiempo las dinámicas mercantiles y expresión humana cambiaron el cuero de un elemento funcional a uno de moda y lujo, su origen sigue siendo el mismo: el aprovechamiento de las pieles que quedan como desecho de lo que comemos.
Empresas como Cueros Vélez, que lleva en el mercado colombiano más de treinta años, encontró en un residuo la materia prima de las piezas de cuero que se producen. “Nosotros somos recicladores. Las pieles son 100% de frigoríficos”, asegura Carlos Adolfo Aguirre, gerente de la planta de transformación ubicada en Amagá.
Allí, llegan entre 16 y 18 mil piezas al mes para transformarse en cuero que luego es utilizado para la fabricación de muebles, prendas de vestir o accesorios. Esto quiere decir que, gracias a esta labor, se evita que la misma cantidad de pieles se queme o llegue a rellenos sanitarios para descomponerse, lo cual causaría un gran impacto biológico y ambiental. En ese sentido, podría decirse que la industria del cuero no es la raíz del maltrato animal.
Para Germán Rodríguez, antropólogo de moda, los productos hechos en cuero representan en la moda el aprovechamiento total. “El cuero más que moda circular, es moda del aprovechamiento de los animales”; además, la industria es la antítesis de la moda rápida porque “una chaqueta de cuero dura hasta que uno se muera, el material es muy resistente”, enfatiza.
Aprovechamiento de residuos
Para sacar el máximo provecho de toda la piel de la res, plantas como la de Cueros Vélez emplea procesos cuyos subproductos pueden aprovecharse para otros fines. Por ejemplo, el cebo se utiliza para la fabricación de jabones y el pelo de los animales, para la elaboración de shampoo.
Adicionalmente, se procura un cuidado adicional del medio ambiente por medio del uso de químicos que son poco contaminantes, como el cromo trivalente. Asimismo, se separan las aguas residuales y se procesan en una planta de tratamiento propia que las regresa tanto o más limpias de lo que entraron.
Sostenibilidad compromiso de todos
Generar procesos sostenibles de producción y de consumo implica reevaluar las formas en las que se han hecho siempre. De acuerdo con William Cruz Bermeo, historiador de moda, “si las marcas se comprometen con la sostenibilidad ambiental y avalan por entes externos sus sistemas de producción, incluido el sacrificio sin crueldad, pueden competir con más fuerza. Los cueros implican el aprovechamiento de un recurso desechado en la industria alimentaria”, sostiene.