Estas son las cuentas para los comicios presidenciales de Bolivia
Por primera vez en 18 años, Evo Morales no será candidato. Los favoritos en la contienda son su ahijado político, Luis Arce, y el exmandatario Carlos Mesa.
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Este domingo Bolivia repetirá, por fin, las elecciones presidenciales que se anularon en octubre de 2019 por presuntas irregularidades en el conteo de votos y llevaron a la posterior salida del poder de Evo Morales. Desde entonces, el país entró en un gobierno de transición liderado por Jeanine Áñez y los comicios se aplazaron en dos ocasiones por la pandemia.
Por eso, la jornada de este 18 de octubre representa un punto de giro en la historia política de ese país. Hay siete candidatos, de los que solo tres tienen opciones reales de ir a una segunda vuelta. El primero es Luis Arce, por el Movimiento al Socialismo (MAS), quien representa el legado de Morales. De acuerdo con la encuesta de Ciesmori divulgada por Página Siete, él tiene el 30,6 % de intención de voto (ver Gráfico).
Con el 24,7 % le sigue el expresidente Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, quien el año pasado disputó la presidencia y quedó en segundo lugar. Después está Fernando Camacho, un líder ciudadano que se dio a conocer por liderar las movilizaciones de octubre de 2019 que pedían anular los comicios (ver Antecedentes). Los demás no tienen posibilidades de ganar por los pocos simpatizantes a su voto.
Un relato que inició en 2019
Con Mesa y Camacho en este barco, y para entender las presidenciales, es necesario revisar qué sucedió en la jornada anterior. Ese 20 de octubre de 2019 los resultados preliminares arrojaban que se daría una segunda vuelta entre Carlos Mesa y Evo Morales, pero en la noche del domingo se detuvo el conteo y, al día siguiente, la tendencia cambió.
Solo tres días después el tribunal electoral arrojó el resultado que indicaba que Morales ganó. Ese desorden en el escrutinio impulsó movilizaciones en el país que cercaron al gobierno. Después, un informe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos aseguró que hubo fraude.
Entonces, el 12 de noviembre –tras dos semanas de los comicios– las Fuerzas Armadas le pidieron la renuncia al mandatario.
Con Morales también dimitieron su vicepresidente y casi todas las mesas directivas de la Asamblea Legislativa, quienes también eran del MAS y el país quedó acéfalo. Así, Jeanine Áñez, entonces segunda vicepresidenta del Senado, se juramentó como mandataria interina argumentando una sucesión constitucional.
Prometió unas nuevas elecciones pronto, pero llegó la pandemia y el cronograma de los comicios se aplazó.
Áñez intentó ser candidata para este 2020, pero fue blanco de críticas porque su misión, según la Carta Magna, es liderar un gobierno de transición, pero no quedarse en el poder. Así las cosas, con un antecedente político que una parte del país califica como un golpe de Estado, este domingo Bolivia vota en una jornada en la que, por primera vez en 18 años, Morales no es candidato.
Arce y Mesa, ¿a balotaje?
Carlos Borth, constitucionalista y analista político boliviano, destaca que las encuestas señalan que habría segunda vuelta. “No obstante, la diferencia entre el MAS y Comunidad Ciudadana está cerca de los 10 puntos que le permitirían a Arce triunfar en la primera. Esto genera incertidumbre y el país está polarizado”, asegura Borth.
La norma indica que si el candidato que queda en primer lugar tiene más de 10 puntos de diferencia respecto al segundo, automáticamente es elegido presidente.
A favor del MAS está la constante fractura en la oposición que no pudo articularse entorno a un solo candidato, tal como sucedió en 2019, cuando hubo una decena de postulados para competir contra Morales. Sin embargo, en el escenario de una segunda vuelta las otras colectividades sí podrían sumarse a Mesa.
Waldo Albarracín, exdefensor del pueblo y analista político, destaca que “si hay balotaje, es seguro que el MAS no podrá ganar contra Mesa, por eso ellos están preocupados. Su alternativa es primera o nada porque en el balotaje habría una votación unánime en su contra”, afirma.
La segunda jornada se realizaría el 29 de noviembre. De concretarse, sería la primera vez en las dos últimas décadas en la que el MAS iría a un balotaje, pues con Morales el partido arrasó en casi todos los comicios. Si Luis Arce gana la presidencia, no solo está en juego un nuevo gobierno, sino también el regreso de Evo Morales al país, quien está asilado en Argentina.