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Argentina navega en una complicada tormenta

Mientras Macri intenta nuevas condiciones en el préstamo del Fondo Monetario, los ajustes y la inflación se sienten en la calle.

07 de septiembre de 2018

En las verdulerías de Buenos Aires los precios de los alimentos se cambian todos los días. Se escriben y se borran de las pizarras con velocidad. Lo que se pagaba la semana pasada por un kilo de tomate hoy alcanza para la mitad y las frutas importadas, como el banano, son un lujo. En la calle no se habla de otra cosa y derraman culpas en una economía inestable, una moneda que no deja de perder valor (solo en lo que va corrido del año el dólar ha doblado su precio) y un Gobierno que ha perdido credibilidad.

El presidente Mauricio Macri reconoció al iniciar esta semana que Argentina vive una verdadera emergencia. Lo repitió dos veces con particular énfasisantes de anunciar que reduciría su gabinete a la mitad –ahora solo tendrá diez ministerios– y que la obra pública y la inversión social se verán drásticamente afectadas. Además, llegarán impuestos a las exportaciones y un apretado ajuste para reducir a cero el déficit fiscal en 2019.

Insistió en que en buena medida su mandato ha tenido que sortear la pesada herencia de más de una década de gobiernos kirchneristas e insistió en que recibió un país desbalanceado en asuntos fiscales y plagado de corrupción. “Recibimos un estado que gastaba más de lo que tenía”, dijo en alusión directa al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Macri en su discurso, incluso, recordó el proceso “de los cuadernos” que se adelanta contra miembros del gabinete por supuestas coimas para la obra pública.

Por ahora, parte de la solución que plantea el gobierno está en lograr un nuevo pacto con el Fondo Monetario Internacional para que le adelante una fracción de los fondos acordados en la negociación de mayo. Para entonces, el FMI aceptó otorgarle a Argentina un crédito por 50 mil millones de dólares que sería entregado por partes y de los cuales ya se desembolsaron 15 mil millones. Ahora, y con la nueva política de compromisos, el ejecutivo argentino espera que el organismo le avance un nuevo giro.

Martin Alfie, economista jefe de Radar Consultora y profesor de economía en la Universidad de Buenos Aires, le explicó a EL COLOMBIANO que el gobierno se ha equivocado en decisiones de comunicación y de manejo cambiario. “Por un lado, se afirmó que tenía un acuerdo con el FMI para adelantar los fondos cuando todavía no habían iniciado negociaciones. Eso generó desconfianza y un nuevo salto de la cotización del dólar. En tanto, el Banco Central sigue manteniendo un comportamiento errático en el manejo de la situación cambiaria, con intervenciones poco consistentes”, explica Alfie.

Macri cuenta, sin embargo, con otra carta que ha decidido jugar: el apoyo de Donald Trump. En momentos en los que potencias emergentes como Turquía enfrentan una lucha económica contra Washington y también una acelerada depreciación de la moneda, la Casa Rosada pretende sacar réditos de su amistad con Washington. Trump incluso hizo pública su confianza en que Argentina pasará la tormenta. “La Argentina es un socio estratégico de los Estados Unidos y el presidente Mauricio Macri está haciendo un excelente trabajo frente a las dificultades económicas y financieras”, dijo el presidente Trump en un comunicado.

Pero el asunto trasciende a la economía e invade el terreno político justo en épocas de alianzas y definición de candidaturas para la próxima elección presidencial que será en poco más de un año, a finales de octubre de 2019. La reelección de Mauricio Macri, que se daba por sentada hace apenas unos meses, ahora está muy complicada. Según una encuesta realizada por la consultora Raúl Aragón y asociados, el 66 por ciento de los argentinos no votarían hoy la continuidad del proyecto político que gobierna.

*Colaboración especial desde Buenos Aires, Argentina