¿Una directiva secreta de Trump? Lo que estaría detrás del despliegue de los destructores de Estados Unidos en el Caribe
La administración Trump sostiene que el despliegue naval busca cortar las rutas de envío de cocaína hacia Estados Unidos, al tiempo que acusa a Nicolás Maduro de encabezar el grupo narco criminal del Cartel de los Soles.
El despliegue de tres buques de guerra estadounidenses ha mantenido inquieto al régimen de Venezuela. Desde el anuncio de la administración de Donald Trump de las operaciones antidroga en aguas internacionales frente a las costas del país sudamericano, el gobierno de Nicolás Maduro también ha dado instrucciones de aumentar sus fuerzas militares, incluso en la frontera con Colombia.
Washington asegura que la operación forma parte de su estrategia para combatir el narcotráfico, pero la escala del despliegue y las acusaciones contra Maduro de ser un “cabecilla fugitivo de un cartel” han abierto interrogantes sobre si también se estaría buscando presionar a Caracas.
Según reveló The New York Times, el presidente Trump habría firmado el mes pasado una “directiva secreta" que daría al Pentágono instrucciones para usar la fuerza militar contra cárteles de la droga en América Latina.
A inicios de agosto, el mandatario estadounidense ordenó al ejército a combatir los cárteles latinoamericanos designados por EE. UU. como organizaciones “terroristas” globales.
Esto coincide con la ofensiva judicial y diplomática de Washington contra el chavismo: hace apenas unas semanas, el Departamento de Justicia acusó a Maduro de encabezar el Cartel de los Soles, un grupo que, de acuerdo con la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), mantiene vínculos con el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa.
De acuerdo con el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, los cárteles “han protagonizado una oleada histórica de violencia y terror en todo nuestro hemisferio que ha desestabilizado las economías y la seguridad interna de los países, pero también han inundado Estados Unidos de drogas mortales, delincuentes violentos y pandillas sanguinarias”.
El funcionario subrayó que el Departamento de Defensa “sin duda desempeñará un papel importante en el cumplimiento del objetivo del presidente de eliminar la capacidad de estos cárteles para amenazar el territorio, la seguridad y la protección de Estados Unidos y su pueblo”.
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El despliegue involucra a los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, todos de la clase Arleigh Burke. Estas embarcaciones cuentan con el sistema de combate Aegis, pueden lanzar misiles Tomahawk de ataque terrestre, operar helicópteros Seahawk y neutralizar amenazas aéreas y submarinas.
El almirante retirado James Stavridis, exjefe del Mando Sur estadounidense, advirtió al New York Times que al enviar tres destructores frente a Venezuela, Trump está aportando “una capacidad de ataque terrestre seria” y un mando de operaciones capaz de ejecutar acciones mucho más allá de simples interdicciones marítimas.
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Un funcionario de defensa citado por el medio estadounidense reconoció que desplegar estos buques para operaciones antidrogas sería como “llevar un obús a una pelea de navajas”, al sugerir que la potencia de fuego es desproporcionada frente a la naturaleza de las misiones antinarcóticos.
Aunque el gobierno estadounidense no ha ahondado en el tema, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, insistió en que Trump “ha sido claro y consecuente” en que está dispuesto a utilizar todos los recursos de su poder para frenar el flujo de drogas hacia territorio estadounidense.
En esa línea, señaló a Maduro como “cabecilla fugitivo de un cártel de terror narco” y reiteró que, para la administración republicana, “no es un presidente legítimo”.
Otros altos funcionarios de Trump, como el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, han arremetido contra Maduro. A mediados de agosto, Rubio dijo que el gobierno del mandatario venezolano es “una organización criminal”.
Asimismo, la secretaria de Justicia y fiscal general Pam Bondi había asegurado en una entrevista con Fox Noticias que “hay un puente aéreo donde el régimen venezolano paga para tener libre acceso al espacio aéreo sin ser detectado, a Honduras, luego a Guatemala y a México, donde pueden traficar y transportar estas drogas”.
“También intercambian dinero por sobornos. Intercambian armas por los puertos de entrada y el espacio aéreo para llevar estas drogas a todos estos otros países y a Estados Unidos”, indicó.
Maduro denunció una “amenaza directa” y ordenó abrir el registro militar para ampliar las filas de las Fuerzas Armadas, mientras su ministro del Interior, Diosdado Cabello, anunció el despliegue de 15.000 efectivos en los estados fronterizos de Zulia y Táchira.
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Cabello cuestionó que Washington no concentre su poder naval en el océano Pacífico, por donde asegura sale la mayor parte de la cocaína con destino a Estados Unidos.
La movilización de tropas estadounidenses y venezolanas reaviva la discusión sobre el alcance del Cartel de los Soles, un término acuñado en la década de los noventa tras las primeras investigaciones a generales de la Guardia Nacional Bolivariana por narcotráfico y que ha involucrado a altas esferas del gobierno venezolano. Tanto la OFAC como fiscales federales en Nueva York lo consideran una estructura encabezada por Maduro y Cabello.