Nayib Bukele, el líder al que parece estorbarle el Congreso
Una vez más, el mandatario de El Salvador caza una pelea con la Asamblea Legislativa para tomar medidas sin consultarle.
Tengo la maleta siempre hecha y mi brújula, que por lo general apunta al sur, me trajo al periodismo para aclarar mi voz. Busco la pluralidad y no le temo a la diferencia.
Con cerca de dos millones de seguidores en Twitter, el salvadoreño Nayib Bukele es, sin lugar a dudas, un presidente popular en las redes sociales. Por allí difunde su discurso y toma algunas decisiones de gobierno, pero otras, con mayores consecuencias, prefiere tomarlas en privado.
A media noche del sábado, por ejemplo, decretó unilateralmente extender por un mes el Estado de Emergencia en su país por la pandemia del coronavirus, una decisión que tiene que ser aprobada en primera instancia por la Asamblea Legislativa a no ser que, como única excepción, esa corporación no esté sesionando. Pero aunque la Asamblea está operando con normalidad, Bukele no puso el decreto a su consideración.
Fue tanto el revuelo que se generó en las instituciones estatales, que el mandatario salió ayer a justificar, por una vez más, por qué toma decisiones como si su poder en El Salvador fuera ilimitado. La Fiscalía General acusó a Bukele de estar “usurpando las funciones” del Legislativo.
El organismo de control anunció además que presentará una demanda de constitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia. Fue ahí cuando el mandatario regresó a Twitter para defenderse: “Todos los Presidentes en la historia democrática de nuestro país han tenido la facultad de declarar estado de emergencia y la han ejercido, sin aprobación legislativa, ¿se le impedirá por primera vez a un presidente ejercer esa facultad vital del Sistema de Protección Civil?”, publicó.
Las especulaciones sobre la posibilidad de que Bukele declarara un estado de excepción par hacer cumplir su decreto pese a los reparos, empezaron a surgir, pero pasaron pocos minutos desde ese pronunciamiento hasta que Conan Castro, secretario jurídico del Gobierno saliera a descartar públicamente esa opción.
“Todo el mundo creyó o estaba esperando que nosotros decretáramos estado de excepción”, pero “no creo que sea la visión que se tiene, la visión es buscar conversaciones directamente con la Asamblea Legislativa, buscar puntos en común” para “garantizar el derecho a la vida y salud de las personas”, dijo Castro.
Y agregó que “sea cual sea” la decisión de la Corte Suprema de Justicia, “sin duda la vamos a acatar”.
Una más en la lista
Ya en el pasado, y con mayor frecuencia desde que la pandemia llegó a América, “el presidente más cool del mundo mundial”, como él mismo se denominó, ha sido cuestionado por sus autoritarismo.
La lista empezó en febrero, cuando, para presionar a la Asamblea Legislativa para que aprobara un millonario préstamo para su plan de seguridad, militarizó el recinto.
Semanas más tarde hizo volcar el Ejército a las calles para hacer cumplir la cuarentena por el coronavirus y las detenciones extrajudiciales no se hicieron esperar.
Se enfrentó con el director para las Américas de Human Rights Watch y ahora enfrenta un reto de marca mayor, tras hacinar en cárceles a integrantes de peligrosas maras rivales, lo que en opinión de un sector de los salvadoreños, propicia los disturbios y amenaza con regresar al país a épocas de guerra que ya creían superadas.