El Nobel de Paz premia la lucha contra el hambre
El director regional del Programa Mundial de Alimentos habló con EL COLOMBIANO sobre el trabajo que realizan para enfrentar la problemática.
Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.
El Comité Noruego del Nobel decidió en la madrugada de ayer otorgar el Premio Nobel de Paz al Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia de las Naciones Unidas dedicada a sumar esfuerzos para erradicar el hambre del mundo.
Solo en 2019, el PMA brindó ayuda a 100 millones de personas en 88 países afectadas por hambrunas y conflictos. El Comité destacó el trabajo incansable que adelanta el programa “para impedir el uso del hambre como arma de guerras y conflictos”.
Labor que se ha vuelto mucho más importante en medio de la pandemia por coronavirus, cuyos efectos económicos también son globales. “La pandemia de coronavirus ha contribuido a un drástico repunte en el número de víctimas del hambre”, dijo el Comité, que reconoció la “impresionante capacidad” del PMA para seguir llevando a cabo su trabajo en plena emergencia sanitaria.
EL COLOMBIANO dialogó con Miguel Barreto, director regional para América Latina y el Caribe del PMA, acerca del premio y de la importancia de la labor de la Agencia en una época de crisis como esta.
El PMA recibe este reconocimiento justamente durante una pandemia, cuando los problemas de hambre se agudizan y mucho más en países en conflicto, ¿cómo ha sido para ustedes esta experiencia?
“Creo que la covid 19 está generando a nivel mundial una pandemia de hambre, ya no solamente en lugares donde hay crisis humanitarias debido al conflicto sino incluso en América Latina y El Caribe, donde debido al aislamiento social existe un incremento exponencial de personas que en este momento se encuentran en inseguridad alimentaria severa, y Colombia está incluido. No puedo decir que existe una vinculación entre el Premio Nobel de Paz al PMA y la pandemia, pero creo que es un momento oportuno para entender que hay asuntos colaterales que marcan más gente que la propia covid y entre ellos está el hambre y la desnutrición”.
Dicen del Comité del Nobel que además de aportar alimento, también dan conocimientos para que las comunidades satisfagan sus necesidades después, ¿cómo es esa labor?
“Lo que hemos hecho en nuestra región es adaptarnos a países de medianos ingresos, buscando apoyarlos a fortalecer sus necesidades para responder a emergencias, nosotros mismos respondiendo a emergencias súbitas cuando estas se dan, apoyando al desarrollo de la utilización de las redes de protección nacional, los programas de alimentación escolar, los programas de nutrición, las transferencias financieras colaterales dirigidas también a responder a emergencias, cosas que antes no se hacían; y en Colombia, por ejemplo, estamos haciendo eso con el Gobierno para atender a los migrantes, para fortalecer el programa de alimentación escolar mientras los niños no vayan a la escuela, y con los campesinos para enseñarles a acceder a los mercados de una manera segura”.
¿Y por qué un reconocimiento sobre la paz?
“Creo que este es un reconocimiento a que la paz no pasa solamente por un estado de guerra, la paz también implica lo que todos hacemos para que no haya hambre. Si no hacemos algo para cerrar esa brecha va haber más inseguridad pública, y eso genera más guerra, un circulo vicioso”.
¿Qué tan lejos estamos de erradicar el hambre?
“Tenemos todavía más de 690 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a alimentos, así que estamos muy lejos; pero si lo vemos desde una perspectiva de desarrollo, de pensar los sistemas alimentarios para promover sistemas productivos más eficientes, donde las personas puedan acceder a los alimentos adecuados, podremos lograrlo. ¿Cómo podemos permitir que la gente llegue a la edad adulta sin la capacidad suficiente para adaptarse a la sociedad de una manera adecuada? ¿Cómo podemos hacer para que eso no ocurra y darle la oportunidad de generar crecimiento, desarrollo, y evitar desórdenes sociales como el conflicto y la inseguridad pública? La desnutrición tiene un rol fundamental no solamente desde una perspectiva ética sino desde una perspectiva de desarrollo y de crecimiento de los países”.
¿Este Premio Nobel de Paz a qué los anima o cuáles compromisos ratifica para el PMA?
“Sin duda es un reconocimiento que acogemos con muchísima alegría y beneplácito por el rol que hacemos. Somos la agencia humanitaria más grande del mundo, la agencia más grande las Naciones Unidas, somos una agencia netamente operacional que trabaja para ayudar. Además este premio permite que la desnutrición esté en la agenda pública y tenga que ser parte de los debates electorales. No hablar de hambre es una perspectiva equívoca, porque al final nada de lo que se haga en educación, salud o crecimiento económico va a tener estabilidad sino trabajamos primero en la nutrición. Todos necesitamos alimentos para vivir, cómo podemos hacer para que los alimentos lleguen, para que la gente acceda a ellos y para que la gente coma bien”.